El alumnado autista aumenta un 445% en ocho años en Baleares
Un estudio recuerda que el autismo es una condición del desarrollo neurocognitivo de por vida
PalmaEl número de alumnos matriculados en los centros públicos y concertados de Baleares diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha aumentado hasta un 445% en menos de una década, una situación que ha obligado a los docentes a mejorar los procesos de aprendizaje y enseñar "a una velocidad vertiginosa" para adaptarse a las nuevas realidades. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Características educativas del alumnado con TEA, incluido en el Anuario de la Educación de las Islas que se ha presentado este jueves y que ha elaborado el Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social (GIFES) de la UIB, con el apoyo de la Fundación Guillem Cifre de Colonya.
El estudio, que firma David Sánchez, insiste en la importancia de saber que este trastorno "no es ninguna enfermedad y no se cura, sino que es una condición del desarrollo neurocognitivo del alumnado de por vida". El texto hace un llamamiento para fortalecer las potencialidades y peculiaridades de los alumnos autistas para fomentar "de verdad" su inclusión y atención a la diversidad con "alumnos que tienen un proceso de desarrollo neurocognitivo diferente al de otros compañeros, ni mejor ni peor". Sánchez remarcó la importancia de entender que el alumno autista es mucho más que un alumno que presenta dificultades de socialización y comunicación y que con el conocimiento de sus características y necesidades se puede comentar la inclusividad. "Intentamos cambiar los falsos estereotipos que se relacionan con el alumnado autista a partir de una aproximación más humana y educativa", apunta el investigador.
Con una muestra de más de 60 casos entre 2020 y 2024, el estudio analiza la evolución de diagnosticados en la escuela pública y concertada para determinar retos y describir las características educativas más importantes para desarrollar la enseñanza y el aprendizaje. En un contexto generalizado de alumnos con necesidades de apoyo educativo, el número de alumnos autistas en los centros de Baleares ha pasado de 955 en el curso 2017-18 a 4.256, según las últimas cifras disponibles (se sumaron al sistema 3.261 en ocho años).
El estudio de David Sánchez llama la atención sobre las características que complican la realidad escolar de los alumnos autistas y sobre la valoración y actuaciones posteriores. "En algunas ocasiones, los docentes parten de estereotipos falsos que pueden condicionar la identificación, diagnóstico y aplicación de medidas de refuerzo", señala. La investigación recuerda que cada alumno neurodivergente es diferente y llama a "no generalizar comportamientos, aptitudes y actitudes simplemente por el diagnóstico de TEA" ya "huir de los prejuicios", ya que la mayoría de los retos del alumnado con TEA se pueden afrontar con la implicación de la familia, el profesorado y otros profesionales.
Dificultades educativas asociadas
El estudio también repasa las dificultades asociadas a los alumnos autistas. Sánchez detalla las alteraciones sociales y el rechazo a la interacción; la alteración de la comunicación y el lenguaje; las alteraciones conductuales que pueden manifestarse con conductas obsesivas, transgresoras o agresivas en algunos casos; las alteraciones cognitivas; las hipersensibilidades, y otros aspectos. Que los docentes no entiendan las peculiaridades del alumnado neurodivergente, ocasiona que muchos esperen consejos educativos generales para extrapolar al aula, "sin entender que no existen soluciones genéricas para todos los TEA" y que la ayuda dependerá de la casuística personal, clínica y familiar de cada uno.
En cuanto a las dificultades de socialización y comunicación de estos alumnos, el estudio señala que el equipo docente debe ser consciente de que pueden ser rechazados, excluidos o aislados de los demás compañeros. Si no se actúa, se impediría que pudieran aportar su peculiar manera de ver el mundo a la sociedad. "Desgraciadamente, es habitual ver a estos alumnos solos en el patio e interactuando con pantallas en muchas ocasiones", apunta Sánchez, además de recordar que los centros tienen herramientas para desarrollar las habilidades sociales de estos jóvenes.