Bloqueo

El Gobierno asume que se encamina hacia una situación de bloqueo

Las tensiones con Vox que se han evidenciado en el último debate de política general forman parte del guión trazado por Prohens: ceder hasta aprobar al menos dos presupuestos y después replegarse

Marga Prohens junto a sus consejeros, los presidentes de los consejos insulares y el alcalde de Palma, Jaime Martínez.
18/10/2025
4 min

PalmaLa presidenta Marga Prohens ha cerrado oficialmente la segunda fase de su plan de legislatura con el último debate de política general. Si durante los dos primeros años de mandato el Gobierno asumía que debería realizar concesiones importantes a Vox, una vez aprobados los segundos presupuestos de la comunidad esto ha cambiado. Ahora, Prohens considera que puede sobrevivir hasta las elecciones sin una gran actividad legislativa. "Vox ha perdido su fuerza negociadora, hemos dicho basta", resume una voz del Ejecutivo. "Quizás esto nos lleva a una situación de bloqueo", continúa esta fuente: "Si llega, la tendremos y los partidos tendrán que explicarlo". Se impone en el ánimo de los consejeros una frase que la alcaldesa de Campos, Francesca Porquer, dijo durante la pandemia e hizo furor entre los cuadros populares: "A verlas venir, como decimos en buen mallorquín". El núcleo duro de la presidenta, que es de este municipio, la recuerda a menudo.

La primera muestra de este cambio de tono se evidenció en la primera mitad de septiembre, con la portada del PP en el intento de Vox para modificar la Ley de educación para incluir al castellano. acordado", dijo el portavoz del partido en el Parlament, Sebastià Sagreras: "Se cargan el Decreto de mínimos y la Ley de normalización". Esta contundencia sorprendió a Vox, que esperaba que el PP, al menos, permitiera su tramitación parlamentaria para negociar su contenido. "No quieren debatir porque se verá que su posición sobre bilingüismo es, Convergencia", asegura el portavoz adjunto de Vox, Sergio Rodríguez.

"Se disfrazan de Vox"

El giro se ha afianzado esta semana, durante la votación de las propuestas de resolución del debate de política general. El principal titular del pleno fue el acuerdo del PP con el PSIB para impulsar una subida del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), una tasa a la que Vox se opone frontalmente. Pese a que Prohens coincidió con la extrema derecha con su discurso antiinmigración, el tono entre ambos partidos fue crispado. Vox acusa al PP de querer "engañar al electorado" con su discurso sobre inmigración: "Se disfrazan de Vox para sacarnos cuatro votos", insiste Rodríguez. El diputado también reprocha al PP su "falta de cultura de pacto". De hecho, fuentes de ambos partidos admiten que se ha producido un cambio en su relación. Aunque las conversaciones para intentar llegar a acuerdos siguen –entre el Gobierno y los representantes de Vox Rodríguez, la portavoz del grupo, Manuela Cañadas, y la vicepresidenta del partido, Melina Merki– está cerrado el PP en banda.

"Las grandes reformas están hechas", apuntan fuentes del Gobierno: "Hemos legislado en vivienda, hemos aprobado la primera Ley de simplificación y dos presupuestos, y hemos hecho la reforma fiscal". Quedan pendientes las medidas de contención del turismo –que tendrán que pactar con la izquierda–, la ley agraria –el Gobierno espera que el sector presione a la extrema derecha para que apoye–, la segunda ley de simplificación y la ley de costas. También el decreto ley de aceleración de proyectos estratégicos, que Vox tumbó como represalia al PP por no ceder con la lengua. Este veto hizo daño al PP, especialmente a los consejos insulares, porque de esta norma dependía la posibilidad de trasladar residuos desde Ibiza a Mallorca. "No renunciamos a ello, volveremos a presentarlo", aseguran fuentes del equipo de la presidenta.

Sin embargo, el Gobierno no considera que sea normativa esencial. "Vamos a presentar nuestras propuestas y que digan los partidos si son buenas o no, y si no, que expliquen por qué nos bloquean", insiste esta fuente: "No cederemos en cuestiones como la lengua a cambio de otra ley". En cuanto a las cuentas del 2026, el PP tiene la esperanza de aprobar el techo de gasto, que presentará en las próximas semanas: "Nos lo votarán por lo que vale, porque crece". Con los presupuestos, en cambio, es menos optimista: "La negociación ha llegado al límite", admite una fuente conocedora. Sin embargo, el PP deja margen para seguir negociando con Vox: dará cumplimiento a los acuerdos suscritos antes del verano, entre otros por la derogación de la Ley de memoria.

La estrategia de Prohens implica ahora posicionar al partido de cara a las próximas elecciones. Por un lado, debe convencer a parte de los votantes de Vox con el discurso antiinmigración, aunque la mayoría de las competencias son del Estado. En el otro lado, también quiere "matar El Pi" –en palabras de una fuente conocedora– marcando un acento regionalista con cuestión de lengua y la reivindicación de los "valores occidentales". Las mismas fuentes interpretan en esa clave el mensaje que Prohens quiso lanzar en su discurso. Si en 2024 admitió la masificación turística, en esta ocasión se refirió al "reto demográfico" de las Islas, en el que denunció la situación de sobrepoblación. "El término incorpora el discurso en inmigración, pero también el de la contención turística", dice.

¿Y a la izquierda? El PSIB es escéptico con el pacto para subir el ITS. "Utilizará la Mesa de diálogo social del Pacto por la Sostenibilidad para decir que no puede aprobarla", aseguran fuentes socialistas, que consideran que el PP no tiene voluntad real de incrementar el impuesto. Tampoco el portavoz de MÁS por Mallorca, Lluís Apesteguia, ve margen de acuerdo a los populares: "Cuando Prohens se gira a la izquierda, lo hace de forma retórica, sin abrir negociaciones reales". En este sentido, recuerda el ofrecimiento que los ecosoberanistas hicieron en el PP al inicio del mandato. "Les dijimos: 'Entendemos que éste es el mundo que nos ha tocado vivir [en referencia a los resultados electorales], y estamos dispuestos a negociar si aislamos a Vox'", expone. Ante la elección de los populares, y tras el trauma de pactar el mantenimiento de la Ley de memoria y que Prohens deshiciera el acuerdo a los seis meses, ahora no ve margen para volver a este punto. "No nos fiamos", concluye.

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