'Titular' con birretes

Junio ​​me ha dejado dos descubrimientos: el verbo 'titular' y las graduaciones yanquis de la ESO. Están relacionados. Hace un par de semanas, los adolescentes anunciaban que "titulaban" o "no titulaban" para decir si habían completado o no la Educación Secundaria Obligatoria. Antes decíamos simplemente que habíamos aprobado. O terminado lo que fuera. Incluso una carrera universitaria. 'Titular' suena más importante, aunque hablemos de los mínimos exigidos por el sistema educativo. He visto varias fotos de chicos engalanados con chaqueta, corbata y el pelo estilo brócoli, revueltos y fijados a la perfección. Ellas, con vestidos de noche, aunque la graduación sea a pleno sol y la humedad aún ahogando. Colocan un escenario con un cartel que dice "Clase 2025", y después lanzan los birretes al aire.

El referente de todo esto para mi generación, es aquel capítulo de Sensación de vivir en la que lo más relevante era que Brenda y Dylan follaban por primera vez. Todo giraba en torno a la virginidad de ella. Era una serie reaccionaria sobre una familia, los Walsh, que apostaría hoy por el Make America Great Again. Pero da igual, porque lo hemos visto mil veces en el cine y en la televisión. Y casi siempre ocurren las mismas cosas arquetípicas de primeras veces y con una importancia suprema de asuntos intrascendentes. Desde un punto de vista adulto, por supuesto. Pero así debe ser la adolescencia. Y los estadounidenses siempre tendrán una tradición por exportar. Una que recibiremos con los brazos abiertos y el pelo al estilo brécol.

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En realidad, tengo un tercer descubrimiento, que me ha impactado mucho más que los otros dos: saber que los alumnos pueden titular habiendo suspendido una, dos y hasta tres asignaturas. "La decisión depende del claustro de profesores", me dijeron cuando lo consulté, asombrado. Es decir, que titular no implica obligatoriamente haberlo aprobado todo. Entonces, un estudiante puede descartar alguna materia al inicio de curso y centrarse en pensar cómo será su traje de graduación. Donna, la amiga de Brenda en Sensación de Vivir, habría agradecido esta bula. La dejaron sin título por haberse bebido unas copas de champán. Y su padre, Aaron Spelling, que era el productor, la mantuvo célibe 200 capítulos. Pobre. Así de conservadores estaban en Beverly Hills. Yo, si tengo que elegir una fiesta de graduación, sin duda, me quedo con Carrie. Que corra la sangre.