¿Quieres vivir en un país gobernado por ti mismo?

Atribuyen a Groucho Marx aquella frase que nunca quisiera formar parte de un club que le admitiera como miembro. Yo a menudo tengo que insistir a mis amigos, cuando hablamos de política y despliego mi pensamiento, a menudo abiertamente cafre, que deben estar tranquilos, que en el fondo nunca quisiera vivir en un país gobernado por alguien que pensara como yo mismo.

No es que no piense todo lo que pienso(!). Es sólo que somos demasiado consciente de los sesgos con los que cargamos, yo y todos, de mis tics y manías, de los prejuicios y de mi tendencia a adoptar discursos taxativos y radicales aunque sólo sea por impostura, porque, en el fondo, tengo espíritu de lo que en buen castellano se llama 'asustaviejas'.

Pero para mí es tan obvio que un país gobernado para mí sería un auténtico desastre que, a la fuerza, debo hacerme la siguiente pregunta: ¿qué tipo de psicópata quiere vivir en un país gobernado por sí mismo?

Ido, parece que unos pocos. Lo que me preocupa y mucho.

Porque, ¿se ha escuchado hablar? ¿Ha leído sus comentarios en redes? ¿Y qué le parece todo?

A mí, sinceramente, me asusta sólo pensar que mi voto, ya de por sí bastante extraviado, vale lo mismo que el de aquellos que comentan cada noticia de la web de cierto diario local. A la mayoría de ellos, de hecho, no les dejaría ni acercarse a mi hijo, si supiera quiénes son. Pero algunos de ellos parecen tener muy claro qué hacer para resolver problemas y cuestiones complicadísimas y saben las causas y culpables tras temas de actualidad rabiosa que ni los propios protagonistas han tenido tiempo de procesar. De hecho, ellos y sólo ellos ven claro soluciones sencillísimas a conflictos que requieren finísimos equilibrios para no armar un cristo de Dios. Y yo les leo y siento un pánico total. Porque veo a alguna gente muy segura de que estos tiempos tan complejos, entrelazados y caóticos se arreglan tirando por el derecho y que con cuatro consignas cargadas de nostalgia e ingenuidad basta para enderezar lo social.

Ojalá fuera así, pero tengo malas noticias para todos vosotros... El mundo será siempre más inaprehensible y diverso de lo que cualquiera de nosotros es capaz de entender, al menos sin un gran esfuerzo, y cualquier acción que no reconozca este hecho será insistir, como hacen los bebés, en hacer pasar la pieza cuadrada por el agujero.

Y vivimos en un mundo de una complejidad nivel experto, de una complejidad tan espesa que no te la podrías inventar...

Yo, sin ir más lejos, nunca habría imaginado que hubiera gente tan desahogada ya la vez cargada de rencor como para dejar según qué comentarios. Tampoco pudo inventarme, ni en mis más profundos delirios, personajes tan improbables y tronados como Milei o Trump, y allí los tiene, el vivo retrato del psicópata con una misión, un peligro público de primer orden, porque no hay idiota más peligroso que un idiota macho y seguro.