Gobernantes, aproveche lo que hemos aprendido

PalmaMe recordaba a un ecologista estos días, con motivo de la preparación del dossier sobre el primer cuarto de siglo XXI, que cuando se movilizaron contra las autopistas (el caso de Ibiza da vergüenza todavía hoy), a principios de los años 2000, todavía había mucha gente que estaba convencida totalmente de que más asfalto, a pesar de ser un territorio pequeño, era la gran .

Evidentemente, el tiempo ha dado la razón a los conservacionistas, que desde hace décadas tienen claro que las soluciones de ingeniería pueden tener sentido en grandes espacios, pero en un microterritorio lo que hay que hacer es que los humanos nos adaptemos más a la realidad, que no querer modificarla. Durante estos 25 años, también hemos podido comprobar cómo victorias como el Parque Nacional de Cabrera, que ya es del siglo anterior, siempre lo son por los pelos y en contra de quienes encuentran que proteger la naturaleza es muy peligroso.

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No olvidemos que el presidente de los hoteleros de principios del siglo XXI, movilizaba a gente en contra de hacer un parque natural, el de Levante, y se manejaban argumentos absurdos como que las personas no podrían tener gallinas o que el Gobierno les tomaría los huevos.

Para ver la falta de capacidad de tomar decisiones por el bien colectivo, basta con mirar lo que ha pasado con la ecotasa, que se ha puesto y levantado tres veces. Y es que en realidad la mayoría de la gente está en favor de proteger el patrimonio natural que hemos heredado. Pero la minoría que se forra con su destrucción, consiguen hacer tal revuelo y dar miedo diciendo "volveremos a la pobreza", que los gobernantes, todos, tiemblan. Por favor, gobernantes, aproveche lo que hemos aprendido en 25 años, y la destrucción habrá servido al menos para ello.