Torrandell, Debussy y Samper
Tomeu Moll-Mas en pocos días de diferencia ha interpretado y de alguna manera ha hecho revivir a Antoni Torrandell y Baltasar Samper
Inca / PalmaTomeu Moll-Mas, junto con Caterina Alorda en su primera intervención y con Marta Bauzà y Roger Padullés en la segunda, en pocos días de diferencia interpretó y de alguna manera hizo revivir a Antoni Torrandell y Baltasar Samper, dos compositores mallorquines y coetáneos de una calidad y peso específico indiscutido. No son estas dos las únicas semejanzas, puesto que, además de mallorquines y coetáneos, ambos fueron pianistas de gran nivel, quienes buscaron en París buena parte de la inspiración e influencias, no sin pocas horas de estudio, que no encontraban en casa. Quizá, casi seguro, porque la isla les había vuelto pequeña, pero ésta es otra historia que merecería incluso, y sobre todo en el caso del segundo, un documental. Lo importante y significativo es poner luz a las injustamente olvidadas partituras. Una luz que en el caso de Torrandell fue en su pueblo, en Inca, en el teatro Principal, donde Tomeu Moll con buen criterio, en este concierto llamado Torrandell y el debussysmo!, no sólo interpretó algunas de sus piezas, concretamente otras tres el bis, sino que las complementó con las Estampas y El isle joyeuse, de Claude Debussy, como si de una comparativa se tratara, para demostrar los preclaros paralelismos entre uno y otro. Por otra parte, si alguna pieza, por su dificultad, podría destacarse sobre las demás, sería el tercer movimiento de la primera, Los jardines sueldos la pluie, de una calidad soberbia y que, además, en su día fue estrenada por Ricard Viñes, maestro de virtuosismo de Torrandell. Y de Torrandell Moll-Mas interpretó Splendeur du printemos op. 9, Enchantements mistérieux op. 13, Chimère Op 26 y Son Alcalde op. 46. Fue en la tercera, Chimére. Para recitador y piano, de la que existe una grabación de Joan Moll y Biel Mesquida, cuando Caterina Alorda se encargó de recitar el bello y encantador poema, acompañada al piano, como un trasfondo que multiplica el valor y sentido a las palabras. Momento mágico. Moll-Mas, en el resto, puso esta imprescindible hebra de sensata energía para convertir la velada en mucho más que un merecido homenaje, con una pantalla como un muy adecuado telón de fondo, donde se podían ver en muchos momentos las manos del pianista. Valor Añadido.
En el teatro Principal de Ciutat tuvo lugar el aplazado concierto dedicado a Baltasar Samper, concretamente para la presentación del disco que los tres protagonistas han grabado. Una cata de las posibilidades de quien abandonó Mallorca, primero hacia Barcelona, después en París y finalmente en México. Un pequeño pero estimulante recoge de sus canciones, con letras de algunos de los poetas más primordiales del momento, como Josep Maria de Sagarra, Maria Antònia Salvà, Apel·les Mestres, Miquel Ferrà, Josep Carner y Joan Alcover, entre otros, así como de un recorrido que va desde Llantos, de 1915, hasta las Siete canciones sobre poemae de Conrad F. Meyer, de1940. Otra buena manera de disfrutar de su versátil y transversal itinerancia musical, así como de la imprescindible necesidad de desenterrarlo a programar a nuestros autores, no tanto para conmemorar un centenario, o cualquier otro evento, sino con la naturalidad y frecuencia que merecen sus composiciones. Marta Bauzà exhibió colores y riesgo, mientras que las intervenciones de Padullés fueron de una sobriedad mayúscula. Dos formas de cantar bastante diferentes que, sin duda, enriquecían un concierto redondeado por Moll-Mas con la imprescindible precisión que requieren este tipo de piezas.