Grinko en SonsDeNit: cuando la música se hace paisaje de luz, viento, niebla y memoria
La velada tuvo un 'crescendo' planificado: el equilibrio entre atmósferas e intensidades culminó en un tramo final con piezas como 'Once Upon a Time', 'Carousel', 'Hunter' y la muy celebrada 'Valse'
PalmaHay músicas que parecen haber estado compuestas para capturar lo que no se puede decir: la quietud de una mañana de invierno, el rumor de un día de lluvia, la nostalgia de un recuerdo antiguo. Es esta la sensación que llenó anoche el auditorio del Conservatorio Superior de Música de las Islas Baleares, en un concierto que marcaba el debut de Evgeny Grinko en Mallorca en el festival SonsDeNit.
Acompañado por su ensemble habitual —Iana Chekina en el violonchelo y Pavel Mackevitch en la viola y violín—, Grinko desplegó un repertorio generoso e intenso, con 22 piezas que combinaron emoción, precisión y un fuerte componente narrativo. Si bien las composiciones más conocidas (Field, Jane Maryam y Foggy Today, entre otros) arrancaron aplausos entusiastas, la estructura del concierto alternaba éstas con piezas menos populares, pero de una potencia expresiva extraordinaria.
El protagonismo, en realidad, no fue de un solo instrumento, sino de una orquesta de cuerdas sutiles y poderosas: las del piano de Grinko, pero también las del violonchelo y el violín, que se fundían y contrastaban, todo ello enriquecido por el uso sutil de lo sintetizador, sintetizador, sonoras.
La velada tuvo un crescendo planificado: el equilibrio entre atmósferas e intensidades culminó en un tramo final con piezas como Once Upon a Time, Carousel, Hunter y la muy celebrada Valse, entre otros, que el público recibió con calidez y gratitud. No se trataba sólo de un concierto, sino de un viaje emocional compartido, en el que cada tema obraba como una ventana sonora a un paisaje interior.