Hito a hito

De Son Servera a Artà por el collado de la Jordana

Recorrido por una variante del GR 222 que nos aproxima al Parque Natural de la Península de Levante por tierras y caminos con historia

Joan Carles Palos

PalmaEl Pla i Llevant es un espacio geográfico de la isla de Mallorca que invita a caminar por el paso y la mirada a través de su rico e interesante paisaje cultural. El patrimonio natural es innegable e igualmente importante, pero la huella de la humanidad a través de los siglos sobre cada uno de sus rincones es un valor añadido insoslayable para cualquier senderista de verdad. La ruta que proponemos esta semana une las localidades de Son Servera y Artà. Esta variante del GR 222 nos acerca al Parque Natural de la Península de Levante, recorriendo un viejo camino que une Son Servera y Artà a través del collado de la Jordana. La ruta atraviesa, entre otras, las posesiones de Son Xerubí, la Jordana y la Estelrica, además de recorrer una zona agrícola muy alejada de los típicos paisajes costeros, dominada por los sementeros de pasto, olivares con siglos de vida, algún encinar disperso y extensos matorrales de usos cinegéticos. La caminata puede convertirse en un paseo cómodo y agradable por los paisajes interiores de la comarca de Levante, de suaves comellares y montañeras no muy altas. Para hacerla circular, podemos hacer el camino de regreso siguiendo la vía verde Manacor-Artà. De los 29 kilómetros de recorrido, nosotros transitaremos 10, de Artà a Son Servera.

Si queremos utilizar el transporte público por carretera, disponemos de dos líneas L-412 (Costa dels Pins-Manacor) y L-424 (Cala Rajada-Portocristo). Si venimos de Palma o de cualquier otro lugar de la isla fuera de la comarca de Levante, debemos hacer transbordo en Manacor. El punto de inicio de la ruta lo fijamos en la plaza de San Juan de Son Servera.

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La ruta

[00 min] Antes de ponernos a andar, echemos un vistazo a nuestro alrededor. La iglesia de San Juan Bautista es el gemelo del pueblo de Son Servera. Se edificó sobre la antigua posesión de Son Fra Garí, mote de quien era su propietario a principios del siglo XVI, Sebastià Servera y Tous. Prueba de ello son las almenas de una antigua torre de defensa que sobresalen por detrás del campanario. A su alrededor, se establecieron los primeros habitantes de la villa. En la misma plaza de la iglesia podemos contemplar la escultura del Pastoret, levantada en homenaje de las víctimas de la peste de 1820. Muy cerca, tenemos la iglesia Nova, de 1904. La obra, inacabada, fue encargada al arquitecto catalán Joan Rubió i Bellver.

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Ahora ya podemos iniciar la caminata, orientada hacia poniente, por la calle de Pere Antoni Servera. Seguidamente pasamos por la calle de la Punteta y continuamos por la calle de Sant Salvador. Llegamos a una rotonda [10 min], donde giramos a la derecha (Ma-4040) en dirección a Cala Rajada. Podemos pasar de un lado a otro de la vía por un paso de peatones que encontramos de repente y que nos permitirá acceder más fácilmente al camino de Son Pentinat. Antes, recorremos unos 400 metros de la vía mencionada hasta llegar a la altura de Son Comparet, a nuestra derecha. [15 min] Aquí giramos a la izquierda ya continuación a la derecha para seguir dando pasos, ahora ya orientados hacia gregal, en dirección a Son Xerubí por el camino de Son Pentinat. A nuestra derecha, empezamos a tener vistas espléndidas del entorno y, algo más lejos, el mar y el puerto Viejo.

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Atravesamos el torrente de Xiclati [30 min]. Declarado de interés paisajístico, es el más importante del término municipal de Son Servera. El torrente recibe el nombre de la posesión en la que nace y que era una alquería islámica que aparece consignada en el Libro del Reparto (1232). Se trata de la alquería Alxicrati, de cuatro jovadas, que correspondió a Bernat de Pavia (fuente: toponimiamallorca.net). Bordeamos el encinar, primero, y el olivar, después, de Son Xerubí, justo cuando el camino se bifurca y nosotros continuamos de pie por la camada que sube por la izquierda del Picot. [40 min] Documentada en el siglo XIV, Son Xerubí debe su nombre a uno de sus primeros propietarios, Xerafí Nebot. Tiene torre de defensa, lo que revela su posición estratégica y de dominio sobre el territorio. Aquí termina el asfalto y se inicia un bello camino de tierra. Si miramos hacia nuestra izquierda, veremos las casas de Son Gener y, al fondo, el monte de Les Fites (349 m), dicho así porque sobre la cima confluyen tres términos municipales: Son Servera, Artà y Sant Llorenç des Cardassar. Esta zona es de gran belleza paisajística, con muy buenas vistas.

Arquitectura de forestación

El caminito que seguimos ahora gira a la derecha y atravesamos una pista. Encontramos con un primer portillo [1 h 00 min], donde aparecen los primeros indicadores de madera de una antigua señalización del Ayuntamiento de Son Servera. Entramos en la posesión de la Jordana. El camino discurre por dentro una coma boscosa y umbría. [1 h 05 min] Un segundo portillo e iniciamos un breve ascenso hasta el collado de la Jordana, que marca el deslinde entre Son Servera y Artà. [1 h 30 min] Tomamos el camino asfaltado, orientado inicialmente hacia gregal, es el camino de Estelrica. A partir de ahora, la visión del pueblo de Artà domina el paisaje, que se intensifica a medida que nos acercamos a la villa, con el monasterio de Santa María de Bellpuig, a la izquierda, uno de los mejores ejemplos conservados de lo que se conoce como arquitectura de forestación, y el poblado talayótico de ses Païsses, a la derecha.

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[1 h 55 min] El camino de la Estelrica nos asoma sobre el camino Viejo de Ciudad, muy cerca del torrente de los Revolts, que atravesamos poco antes de llegar a Artà [2 h 05 min], después de un breve subidillo entre viejos molinos. Uno de los lugares más emblemáticos de la villa es, sin duda alguna, el santuario dedicado a la Virgen de San Salvador, su patrona. El origen de la fortaleza, conocida como Almudaina, es de época medieval musulmana. Después de la conquista catalana de Mallorca, en 1229, el espacio fue sustituido por una iglesia, reformada y ampliada en el siglo XIX. La muralla fue reconstruida en el siglo XVI para ofrecer mejor protección a la población durante las incursiones piratas. En 1971 se practicó la última reforma.

La vuelta a Son Servera la haremos por la vía verde, que encontramos justo en la entrada de Artà. Después de una obligada visita al pueblo y un merecido descanso, continuamos la caminata por la vieja línea ferroviaria. El camino nos lleva a hacer una larga y vistosa voltera que nos acercará primero al cementerio de Artà ya la que encontraremos diversas áreas recreativas. [2 h 40 min] La vía verde se eleva bordeando el encinar de Son Catiu, a la derecha, un tramo agradable que nos regala buenas vistas. Dejamos a la izquierda el golfo de Pula [3 h 15 min], con el monte de Son Pentinat a la derecha. Pasa tras pasa llegamos a la antigua estación de Son Servera [4 h 20 min], donde finaliza nuestra caminata.

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Los datos

Dificultad 3 sobre 5

Distancia 19,54 km

Desnivel 195 m

Duración 4 h 20 min

Altitud máxima 168 m

Ruta circular

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