El oligopolio de los comedores escolares: ¿quién alimenta a tus hijos?
Sólo tres grandes empresas gestionan más de la mitad de los centros, mientras que los proyectos pequeños y familiares son pocos y luchan por resistir
PalmaEl sistema educativo balear concentra a los comedores escolares en un número reducido de empresas, una realidad que evidencia la desigualdad en la gestión del servicio y que dificulta la supervivencia de proyectos familiares y cocinas propias. Según datos recientes de la Conselleria de Educación, 212 centros educativos públicos disponen de servicio de comedor, que depende principalmente de gestores externos. Tres empresas —Restaurante Can Arabí, Catering S'Olivera y Comensales Comedores Escolares— gestionan 107 centros, más de la mitad del total. Otras empresas como Julio Tundidor Molina, Diver Migjorn o Menudixm también gestionan varios comedores, mientras que las pequeñas empresas tienen una presencia muy minoritaria ya la baja, en un momento en el que los precios de los productos y materias primas del sector alimentario y los costes generales aumentan y competir con las grandes por las pujas es, según denuncian, muy complicado.
Sólo ocho empresas o cocineros autónomos gestionan un único comedor cada una, lo que pone de manifiesto el desequilibrio del sector. Al otro lado, el caso de Catering S'Olivera es especialmente ilustrativo del oligopolio en la alimentación escolar: controla 32 de los 38 comedores de Eivissa, es decir, el 84,2% del total.
En cuanto al tipo de servicio, 134 comedores funcionan como catering, con los platos preparados fuera del centro y después transportados; 64 centros tienen cocina, y 14 comedores reciben comida cocinada en otras escuelas. En la práctica, funcionan como catering. Esto significa que casi el 70% de los comedores dependen de comida preparada externamente, mientras que sólo un tercio cocinan íntegramente en el mismo centro, donde la comida sale de la olla y en pocos minutos está en el plato.
Aunque los comedores escolares son básicos en el proyecto pedagógico del centro, hay decisiones políticas que parecen ir en la dirección contraria. El CEIP Nou de Campos es pionero en muchos aspectos. Tiene domótica, calefacción y aulas especializadas. Pero no tiene cocina, sino una zona para calentar el catering. Sí tiene cocina el CEIP Tramuntana de Palma, que ha abierto sus puertas este año. Ahora bien, todavía no está en funcionamiento. Según fuentes del centro, le asumirá Can Arabí.
Los datos de la concentración empresarial de los comedores escolares es esta:
- Restaurant Can Arabí SL - 45 comedores
- Catering S'Olivera SL - 32 comedores
- Comensales Comedores Escolares SL - 30 comedores
- Julio Tundidor Molina SL - 19 comedores
- Diver Migjorn SL - 11 comedores
- Comidas Aguilar Artigues SL - 9 comedores
- Barbero y Sintes Comedores Escolares SL - 6 comedores
- Menudix Gastronomía Escolar SL - 10 comedores
- Ángeles Marzo Pons - 2 comedores
- Comedores Escolares Mallorquines SL - 2 comedores
- Trotamundos Mallorca SL - 1 comedor
- Bartolomé Coll - 1 comedor
- Margalida Socias Socias - 1 comedor
- Aina González - 1 comedor
- Comedor Escolar Infante D. Felipe SCOO - 1 comedor
- José Manuel Ros Montalban - 1 comedor
- Ben Cuinat SL - 1 comedor
- Margalida Oliver Barceló - 1 comedor
- La Paella Menorca - 3 comedores
- Ses Fresetes Catering - 3 comedores
- Maria Magdalena Bonnin Lliteras - 10 comedores
- Osventos Innovación en Servizos SL - 5 comedores
Las cocinas familiares, en crisis
La expansión del modelo de catering ha tenido un fuerte impacto sobre las propias cocinas y los proyectos familiares que históricamente gestionaban más centros. Según un reciente reportaje publicado por este medio, cocineros autónomos con décadas de experiencia se encuentran en dificultad ante la competencia de las grandes empresas y caterings, que pueden ofrecer precios más bajos gracias a las economías de escala y al mayor poder de negociación. La comida transportada rompe la relación directa entre el cocinero y el centro, y la participación en la dinámica pedagógica del comedor se reduce, o desaparece.
Familias y equipos directivos valoran la proximidad, la calidad y la implicación educativa de las cocinas in situ. Sobre todo, aprecian que los cocineros no sólo elaboran los platos, sino que también muestran interés por los alumnos, se preocupan de que todo el mundo esté cómodo con el servicio e interactúan con la comunidad educativa como parte activa de ella.
Sin embargo, las cifras actuales evidencian que el 69,8% de los comedores escolares dependen de comida preparada externamente, y que las tres principales empresas acaparan más de la mitad de los centros. Esta realidad ha generado debate entre la comunidad educativa y las familias, que reclaman criterios de contratación más equilibrados, que valoren no sólo el precio, sino también la calidad, la sostenibilidad, la proximidad y la implicación educativa, para preservar la cocina propia y la identidad de los comedores escolares como prenda indispensable de los proyectos educativos de cada escuela.
Aquí puede consultar qué empresa gestiona el comedor escolar de cada centro.