Como era Mar Grimalt según su maestra Margalida Estelrich:“Tiene el brillo de los seres tocados de luna, especiales y mágicos”
Su maestra explica los mejores secretos guardados del artista


PalmaEs impactante cuando una persona habla de alguien de una manera tan brillante que parece sacar chispas por la boca. Nos hablan del artista Mar Grimalt, nacida en Felanitx en 1996. Y quien pone las palabras, el fuego y todo el amor del mundo es Margalida Estelrich, que fue maestra de quinto y sexto de Primaria de Mar, y también profesora de teatro. Y lo tiene claro: "Es de aquellas personas que amas tanto si quieres como si no"
"Mar era una muñeca muy aplicada y cercana a los compañeros, una gran compañera y amiga. De repente le veías una sensibilidad especial por las palabras, una creatividad de carácter literario y una estima hacia la lectura relevante. Eso la fe destacaba. 10: responsable, laborable y con buenas actitudes que la hacían sobresalir", cuenta Margalida, que en ningún momento esconde la alegría que le atraviesa el cuerpo hablando de Mar. "Recuerdo especialmente el proyecto de poesía que hacíamos en la escuela aquellos años, donde ella tenía una sensibilidad muy esmerada para encontrar los matices. Tuviera que escribir sobre un piojo o un viaje, sabía encontrar aquella palabra justa, el tono y el matiz".
Después de la escuela, cuando Mar entró en el instituto, continuaron el contacto en el taller de teatro que impartía Margalida: "Enseguida captaba el carácter y la historia del personaje. Tanto le hacía bailar, como cantar o hacer cualquier otra cosa, siempre ponía la misma entrega. Aparte, tenía muy buena memoria: le dabas un texto hoy, y mañana se lo sabía". su maestra.
Para explicar cómo era Mar de carácter, a Margalida le basta una anécdota, que para ella es un regalo, uno de esos detalles que te pellizcan el corazón de tal manera que les recuerdas toda la vida: "Me hizo un regalo muy especial cuando debía hacer 1º o 2º de ESO. Con los del taller de teatro,Amor de las tres naranjas en la plaza, delante de todos. Al final de la obra, Mar sacó su guitarra azul. Todos los demás intérpretes salieron al escenario con un papel y se pusieron a cantar una canción. Yo, que era la profesora, de eso no sabía nada. Lo había preparado ella en secreto y fue una sorpresa preciosa. Mar había compuesto sola la letra y música, pero quiso, y logró, que fuera un regalo colectivo. Solo repetía que aquello no era mérito suyo, sino de todos", relata Margalida emocionada, aún hoy, quince años después. "Mar siempre ha mostrado gratitud y aprecio por todo lo aprendido y por las personas que la han enseñado. Ha crecido mucho, lo vimos todos los que estábamos en el concierto que dio –pronto hará un año– en la fábrica de cemento de su padre, pero mantiene la humildad y la dulzura de cuando era un niño".
El padre de Mar murió hace pocos años, ya ésta se le han sumado otros pierdos. que Mar ha sabido transformar el dolor en "creación y en vitalidad". Dice, del artista, que es "una persona vital, que se come la vida a bocanadas, que sabe ver la parte más sensible y bella de la existencia". que todo el mundo quedó sorprendido". A pesar de todo, dice, "ella sonreía": "Si tuviera que definirlo, diría que es una persona de ojos relucientes, de ese brillo que tienen algunos seres tocados de luna, especiales y mágicos".
¡Margalida! ¡Que una parte de todo esto es culpa tuya!". La maestra, sin embargo, lo tiene claro: "Si Mar fuera una pieza de barro, la escultora sería su madre".