Un legado familiar en venta después de más de un siglo de historia
La propiedad, referente del patrimonio pollencí, valor cultural e histórico, se vende por 3,2 millones de euros
PollençaLa casa de Guillem Cifre de Colonya, situada en el valle de Colonya, en Pollença, se ha puesto recientemente en el mercado por un precio de 3,2 millones de euros. Esta propiedad es mucho más que un edificio simple; es el testimonio vivo de una historia familiar marcada por eventos personales dramáticos, cambios sociales importantes y el contacto con figuras destacadas de la arquitectura y la cultura de una época crucial en las Islas Baleares. La finca, que fue hogar de la familia Cifre durante más de un siglo, conserva una gran carga simbólica e histórica que ha influido en la cultura local y la historia educativa de la isla.
Según el historiador y archivero Pere Salas Vives, quien ha dedicado años a estudiar y recopilar información sobre la familia Cifre y su propiedad, la finca fue adquirida por el fundador de la Caixa Colonya, Guillem Cifre Coll, a una edad muy joven. Cifre logró la finca de Colonya a través de la herencia de un terrateniente local que no tenía hijos. En ese momento, la finca era sólo una de las muchas posesiones del empresario, pero se convirtió en una de las más relevantes a medida que Cifre consolidaba su fortuna y se posicionaba como una figura clave en la sociedad mallorquina de la época. Esta adquisición se produjo durante los primeros años del siglo XX, cuando Cifre empezaba a construir su propia leyenda en Baleares.
Tragedia personal
Antes de trasladarse a la finca de Colonya, la familia de Guillem Cifre residía en una casa situada en la calle Mallorca de Pollença, donde hoy se encuentra el convento del Sagrat Cor. Sin embargo, la vida familiar de Cifre estuvo marcada por una gran tragedia que llevó a la familia a tomar una decisión radical: abandonar la casa de la calle de Mallorca para establecerse en una vivienda nueva. Su hija pequeña murió víctima de una enfermedad infecciosa, algo que se vio agravado por las condiciones insalubres que imperaban en aquellos tiempos. Las zonas cercanas a torrentes llenos de suciedad y restos orgánicos contribuyeron a la propagación de enfermedades. Así pues, el doloroso episodio aceleró la necesidad de encontrar un sitio más salubre para la familia, con un clima más fresco y una mejor ventilación.
La construcción de la nueva residencia en Colonya comenzó en 1901. La finca goza de una ubicación privilegiada con vistas espectaculares del valle y la montaña, unas vistas que, además de aumentar la calidad de vida de la familia, se consideraron esenciales para mejorar la salud de todos sus miembros. Desde su finalización a principios de 1903, la nueva casa se convirtió en el hogar de la familia hasta la muerte de Cifre.
Historia de la casa y su arquitectura
La casa de Guillem Cifre de Colonya es también una pieza arquitectónica destacada que refleja la evolución de la arquitectura en las Islas Baleares a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Uno de los elementos más singulares de este edificio es la presencia de dos ventanas coronelas medievales originales, que provienen de la plaza de la Almoina de Pollença. Estas ventanas, de gran valor histórico, añaden un toque de tradición y autenticidad al edificio y son reflejo de la influencia de la arquitectura medieval en la zona.
Guillem Cifre vivió en esta casa hasta su muerte, en 1908, en circunstancias trágicas. Tras pasar una temporada en León por motivos de salud, sufrió una grave depresión que acabó con su suicidio. Su esposa, Clara Hammerl, y sus hijos siguieron viviendo en la casa hasta 1920, año en que los hijos de Cifre partieron al extranjero para llevar a cabo sus estudios. Clara Hammerl viajó a Oregón, en Estados Unidos, para acompañar a su hijo en los estudios universitarios. Vivió en el extranjero hasta su muerte en 1931, en la ciudad de Rufino, en Argentina.
Deshabitada hasta la venta
Tras la muerte de Clara Hammerl, la casa de Colonya quedó deshabitada hasta 1965, cuando se vendió al arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, una de las figuras más destacadas de la arquitectura española del siglo XX. Sáenz de Oiza, conocido por su obra en la casa Huarte de Formentor, llevó a cabo una pequeña reforma en la casa de Colonya. Uno de los cambios más destacados fue la instalación de una torreta de claraboya en el centro de la casa para aumentar su iluminación natural en su interior. La reforma de Sáenz de Oiza fue moderada pero efectiva, logrando mantener el carácter histórico de la finca incorporando elementos modernos que mejoraban la funcionalidad del espacio.
El arquitecto utilizó la finca como segunda residencia hasta su muerte, en 2000. Desde entonces, la propiedad ha pasado a manos de sus descendientes, que decidieron ponerla a la venta hace más de un año. La casa, que ha estado en manos de una sola familia durante casi 60 años, conserva todavía los vestigios del esplendor de lo que gozó y ofrece una visión única del pasado histórico y cultural de Pollença y las Islas Baleares.
El legado que perdura
Hoy en día, la casa de Guillermo Cifre de Colonya representa no sólo una joya arquitectónica, sino también un testimonio de la evolución histórica, cultural y social de Mallorca. El futuro de la casa es incierto, pero su valor no reside sólo en su belleza y estado de conservación, sino también en el legado que conserva. Desde la figura de Guillermo Cifre, pedagogo y filántropo que dejó una impronta profunda en la historia educativa de la isla, hasta las influencias de la arquitectura moderna de Sáenz de Oiza, la casa es un símbolo de una época de cambios y transiciones en la isla.
Esta venta también abre el debate sobre el futuro de los edificios históricos en Baleares. Algunos vecinos de Pollença apuntan a que la casa de Cifre de Colonya podría convertirse en un espacio cultural o educativo que recupere la memoria de un hombre que influyó profundamente en la sociedad mallorquina. Muchos ven en esta propiedad una oportunidad única para preservar el patrimonio de la comunidad y para desarrollar proyectos que mantengan viva la historia y la cultura de Pollença y también de Baleares.
En definitiva, la Casa de Guillermo Cifre de Colonya es más que un edificio en venta: es un legado vivo que sigue conectando pasado, presente y futuro a través de su arquitectura, su historia y su vinculación con la comunidad local.