Lengua

¿Por qué decimos 'tío' y no 'tío'?

¿Se ha pedido alguna vez cómo es que en catalán podemos decir 'tía' pero no 'tío'? La explicación se remonta a los siglos II-III y se debe a una herencia griega que se introdujo por la península Itálica y desde allí se extendió al resto de territorios

Marta Moreno Mateu

PalmaEl catalán, por su condición de lengua románica, encuentra sus orígenes en el latín. Evidentemente, la evolución que sufrió el latín no fue uniforme en todas partes y, a pesar de que, en vulgar, muchos de los cambios que propiciaron el nacimiento de las lenguas románicas que conocemos hoy en día siguieron un mismo patrón, hubo otros que marcaron la diferencia: variaciones regionales que sólo se dieron a un lugar concreto. una forma similar en diversas lenguas o las influencias de las lenguas anteriores a la expansión del imperio romano que dejaron huella y contribuyeron a la consolidación de ciertas innovaciones.

Dicho esto, por qué en catalán utilizamos 'tío' para referirnos al hermano del padre o de la madre de alguien, pero, en cambio, cuando tenemos que hablar de la hermana utilizamos 'tía'? ¿Por qué en catalán no está aceptada la forma masculina de esta palabra? Está claro que el origen de ambas palabras no es el mismo. Inicialmente, en latín clásico encontrábamos las palabras 'avunculus' y 'amita' que se usaban con un significado mucho más restringido y únicamente designaban al hermano de la madre y la hermana del padre, respectivamente. Esto se debe a que en latín clásico se hacía la distinción entre la línea materna y la línea paterna y, por tanto, también existían las palabras 'patruos' (hermano del padre) y 'matertera' (hermana de la madre). Posteriormente, en latín vulgar, 'avunculus' y 'amita' adoptaron las acepciones que actualmente asignamos a 'tío' y 'tía', es decir, hermano y hermana del padre o de la madre de alguien.

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La forma genuina

Ahora bien, entre los siglos II y III llegó a Italia la forma griega 'theíos'/'theía' que acabó italianizándose en 'zio'/'zia'. La nueva forma se adaptó en muchas lenguas tanto en masculino como en femenino: 'zio'/'zia' en italiano, 'tío'/'tía' en castellano, 'tío'/'tía' en portugués y 'tante'/'tata' en francés (aunque también se conservó la forma 'tío'). En catalán, 'tia' sí que se integró dentro del sistema lingüístico, sin embargo, 'tío' no echó raíces. Así, se mantuvo la forma genuina procedente deavunculus' que derivó en catalán antiguo a 'avonclo' –debido a una deformación de la palabra a partir del lenguaje infantil– y que ha acabado dando variaciones como 'conco' en Mallorca y Menorca y 'blonco' en Eivissa.

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Contrariamente a lo que ocurría en latín, en la actualidad ninguna lengua románica mantiene la distinción de parentesco –es decir, no hay diferencia entre la línea materna y la paterna– y el significado que originalmente se expresaba en cuatro palabras diferentes, ha quedado reducido a dos, como 'tío' y 'tía'. Igualmente, todavía quedan trazas de algunas de las otras formas latinas clásicas, tal y como se ve en la forma rumana de 'tía', 'mătușă'.

Ahora bien, hoy en día la forma 'tío' parece que de cada vez está siendo arrinconada a favor de 'tío' e, incluso, 'tío'. Este hecho se hizo más que evidente en 2023, cuando 'tío' y 'tía' surgieron como las palabras corrientes más votadas en la campaña Neologismo del Año. Esta iniciativa, impulsada por el Observatorio de Neología (Obneo) de la Universidad Pompeu Fabra, la Sección Filológica del Instituto de Estudios Catalanes (IEC), el Termcat y 3Cat-esAdir, nació con el objetivo de reflejar los intereses sociales y acercar la lengua a todos sus hablantes. Así, cada diciembre se abre un proceso de votación popular en el que la ciudadanía puede elegir entre una serie de neologismos, lo que permite incluir en la actividad de actualización del diccionario las opiniones de los integrantes de nuestra comunidad lingüística. Aunque después de la valoración y el análisis elaborado por parte de los miembros del IEC, la palabra no fue introducida en el diccionario, este hecho demuestra que sus usos están muy vivos en el habla coloquial de los hablantes en lengua catalana y que hay una tendencia al abandono de la forma propia. Es importante reconocer la importancia de que finalmente no se aprobara la normativización de 'tío' y 'tía' y de algún modo abre un debate sobre el tipo de palabras candidatas al Neologismo del Año: ¿se podrían priorizar únicamente palabras orientadas a llenar un vacío terminológico fruto de un cambio en la realidad o es lícito proponer préstamos que tienen una alternativa viva y genuina en nuestra lengua?

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'Palabra corriente'

Así pues, la próxima vez que alguien le pida porque en catalán no podemos utilizar 'tío' o 'tío' (que fue la 'palabra corriente' más votada en el año 2023 para entrar en el diccionario normativo) tiene dos opciones: una rápida, en la que simplemente diga que en catalán la forma genuina es 'tío' y una más larga –pero mucho más esclarecedora– en la que haga todo un recorrido histórico sobre la evolución de la lengua. Ahora que ya se acercan las fiestas, seguro que la última le salva de más de una de estas interminables sobremesas en las que, después de tres días seguidos almorzando con los mismos integrantes de la familia, ya no sabéis qué más decir.