Nuevo intento por catalogar la Feixina como símbolo franquista

Vicenç Vidal asegura que Madrid ve "con buenos ojos" la petición y que ahora el Govern balear tendrá que emitir su informe antes de la decisión final

PalmaNuevo intento por retirar símbolos franquistas en Baleares. El Gobierno español ha aprobado los criterios que van a definir del nuevo Catálogo estatal de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática. En este marco, el diputado Vicenç Vidal ha confirmado que su partido ya ha solicitado la inclusión del monumento de la Feixina, en Palma, y ​​del monolito de la Explanada de Maó, en Menorca, una propuesta que "en principio, ven con buenos ojos" desde el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

El 18 de noviembre, el Ministerio aprobó el Real decreto para confeccionar el catálogo. Este paso abre la puerta a revisar y, potencialmente, retirar monumentos públicos que recuerden o ensalcen la dictadura franquista, sus instituciones o efemérides vinculadas a la Guerra Civil y al golpe de estado. El diputado del Congreso Vicenç Vidal –miembro de la coalición Ara Més-Sumar– ha anunciado que su formación ha pedido formalmente la inclusión de dos monumentos de Baleares: el monolito de la Feixina y el monolito de la Explanada de Maó.

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Ahora es necesario que el Estado contacte con el Govern balear para recoger su opinión, una fase imprescindible antes de que los monumentos sean oficialmente incorporados al catálogo. Con la aprobación del catálogo, también se ha creado una comisión técnica con la participación de las comunidades autónomas y entidades locales como garantía de cooperación institucional.

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En cuanto al monolito de la Feixina, construido en 1947 para homenajear a la tripulación del crucero franquista Baleares, es uno de los monumentos más controvertidos de las Islas. Partidos de la izquierda y entidades memorialistas denuncian que, pese a la reforma del 2010 -que eliminó la simbología explícita del régimen-, sigue representando una exaltación del franquismo. Estos días ha vuelto a ser noticia porque PP y Vox quieren dedicar una calle de Palma a Francisco Roca Simó, el arquitecto del monolito.

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Esta iniciativa, aprobada en pleno de noviembre por el PP y Vox, recibió el rechazo en bloque de toda la oposición. La portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Palma, Lucía Muñoz, considera que dedicar una calle al arquitecto, mientras la Feixina continúa de pie, es "una burla a las víctimas del franquismo y, en concreto, del crucero Baleares", responsable de la muerte de miles de civiles que huían de Málaga en el episodio conocido como la 'Desbandá'. Según Muñoz, "el problema es que la Feixina se mantiene en pie y que las víctimas del crucero Baleares no tienen un reconocimiento en ninguna calle". Podemos presentará una iniciativa para revertir esta situación y volver a pedir la demolición del monumento.

El PSOE, que denunció, en primer lugar, la iniciativa de Vox, también votó en contra. El concejal socialista Xisco Dalmau ha explicado que con esta propuesta "lo que se hace es legitimar el golpe en la memoria democrática, en la memoria de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo y de las familias, muchas de las cuales todavía buscan los restos de sus familiares desaparecidos". Dalmau ha defendido que "es muy importante no derogar la Ley de memoria democrática, como pretende el PP de Prohens, una ley que recuerda a aquellas personas que defendieron con su vida que nosotros podamos discutir la pluralidad política en democracia".

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Durante su intervención en el pleno, Fulgencio Coll, portavoz de Vox en Palma, defendió a Roca Simó como un "arquitecto universal" y "figura clave de la expansión del modernismo fuera de '. "Lo que pedimos, simplemente, es que, dado que fue un mallorquín universal, el Ayuntamiento inicie los trámites para dedicarle una calle singular", expuso.

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En cuanto al monolito de la Explanada de Mahón, fue erigido en 1939 "en memoria de los caídos por Dios y por España en la Santa Cruzada contra el comunismo" y está ubicado en terrenos del Ministerio de Defensa.

La inclusión de estos dos monumentos en el futuro catálogo estatal sería un paso más en la implementación de la Ley 20/2022 de memoria democrática, que obliga a las administraciones a eliminar o resignificar símbolos públicos que exalten la dictadura, la revuelta militar o la Guerra Civil. Según Vicenç Vidal, "si todo encaja", estos monumentos podrían ser oficialmente catalogados como elementos a revisar para su retirada o reinterpretación.