2000-2025: Cómo éramos, cómo somos

De Francesc Antich al auge de la extrema derecha en el Parlament

La corrupción, la crisis y las movilizaciones sociales han modificado paulatinamente el mapa político de las Islas en los últimos 25 años

26/12/2025

PalmaEl presidente Francesc Antich despidió en los años 90 con la promesa de un futuro progresista, pero Marga Prohens finaliza 2025 preocupada ante el auge de la extrema derecha. Por el camino, las Islas han sido uno de los ejemplos más flagrantes de la corrupción en el Estado. La entrada de Maria Antònia Munar (Unió Mallorquina) en prisión en el 2013 es una de las instantáneas imprescindibles para rememorar este primer cuarto de siglo. Han sido, además, 25 años de grandes movilizaciones: las últimas contra la saturación turística y los precios de la vivienda.

El primer Pacto de izquierdas

El primer Pacto de Progreso liderado por Francesc Antich (PSIB) supuso en 1999 un cambio histórico en las Islas, puesto que puso fin a la hegemonía del PP. También porque era un Gobierno de coalición de izquierdas, el primero del Estado: lo conformaron los socialistas, pero también el PSM y Izquierda Unida, mientras que Unió Mallorquina (UM) ocupó la presidencia del Consell de Mallorca. Antich, fallecido en enero del 2025, abanderó las políticas de protección del territorio y la lengua, el refuerzo del autogobierno y los servicios sociales. "Este pacto fue una referencia para el Estado", explica el politólogo Guillermo Bezzina. "La hiperactividad de ese Gobierno llevó a la aprobación de muchas leyes: la normativa en protección del territorio y servicios sociales es en muchos casos herencia de esa legislatura", remacha el politólogo Julián Claramunt.

Lo que vino después del Pacto de Progreso es "el ejemplo perfecto de la forma de hacer política de aquel inicio de siglo", recuerda el experto, en referencia al segundo mandato de Jaume Matas (PP), del 2003 al 2007 (que a su vez fue seguido de un segundo Gobierno de Antich). "Era un personaje muy carismático, hábil en el cuerpo a cuerpo, y popularizó una manera de hacer política en clave de amigos, que también era muy propia de UM (entonces al frente del Consejo)", rememora: "Claro, después se vio, esto tenía un componente de enriquecerse, mientras los partidos se comportaban como" agencias para lucrar.

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La corrupción sistémica

En plena crisis económica, en el 2008, comienzan a salir titulares destapando casos de corrupción que afectaban especialmente al PP de Matas y al UM de Munar. El Palma Arena, Nóos –por el que Iñaki Urdangarin, marido de la infanta Cristina, fue encarcelado–, Son Oms, Can Domenge, Maquillaje, Buitre, Peaje, Turismo Joven, Rasputín: un goteo constante que sacudió el tablero político y la opinión pública. Supusieron la desaparición de Unió Mallorquina, una importante crisis interna en el PP –aunque siguió ganando las elecciones– y la entrada en prisión de Munar y Matas, en el 2013 y el 2014, respectivamente. El analista político Toni Fornés destaca como momento clave de ese período la caída de Munar, conocida popularmente como Su princesa, que tuvo que dejar la presidencia del Parlamento sitiada por la Justicia. "Tuvo un simbolismo muy grande, porque lo había sido todo, y acabó entrando en prisión en un momento en el que parecía que los políticos no pagaban las consecuencias", expone.

"La sensación social siempre había sido que la corrupción estaba presente en la sociedad, pero no penalizaba", expone, a su vez, Claramunt: "A partir del 2010 la ciudadanía realmente toma conciencia de que esto no es aceptable". La crisis económica favoreció esa condena de la opinión pública. "La corrupción rara vez pone y quita gobiernos, quien lo hace es la economía", apunta.

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La mayoría absoluta de Bauzá

Aunque los casos de corrupción salieron a los medios antes de 2010, las condenas ya llegaron durante el mandato de José Ramón Bauzá (PP), que gobernaba con mayoría absoluta desde 2011. Esta legislatura dio la vuelta a la sociedad mallorquina en varios sentidos. "Las condenas llegan en plena crisis económica, mientras se ejecutaban políticas de austeridad", resume Fornés: "Provoca una crisis identitaria en las Islas, que coincide con las manifestaciones contra el trilingüismo en las aulas y el incendio de la sierra de Tramuntana". Una conjunción de elementos que marcan la ciudadanía y condenan al PP a ocho años de travesía por el desierto, durante los cuales pierde cuotas de poder a todos los niveles, desde el Govern hasta los ayuntamientos.

No fue hasta el 2023 que los populares recuperaron la presidencia, de la mano de Marga Prohens. Por el camino, el PP tuvo que realizar un profundo proceso de reconfiguración interno. La lección que se llevó el partido es que debe evitar la crispación social cueste lo que cueste, especialmente en torno a la lengua catalana, algo que esta legislatura Prohens ha intentado haciendo equilibrios, presionada por sus socios de Vox.

La entrada de la nueva política

"La indignación ciudadana en todos los ámbitos a partir de 2010 lleva a una fragmentación del sistema, a la normalización de los pactos por gobernar, la entrada de la nueva política, la salida de UM y la mutación del Partido Socialista de Mallorca (PSM) por MÉS por Mallorca", resume Fornés. Francina Armengol gobernó en coaliciones de izquierdas dos sucesivas legislaturas en las que se revirtieron buena parte de las políticas de Bauzá, se impulsó la memoria democrática –con la Ley de fosas y la Ley de memoria–, se legisló para proteger el territorio y se hicieron intentos tímidos de limitar el turismo.

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Su primer Gobierno [2015-2019] estuvo marcado por la entrada de la nueva política en el Parlament: Ciutadans, con cinco escaños, y Podemos, con diez diputados. "Podemos fue un gran éxito en las Islas, especialmente en Palma, entre población migrada y migrantes de segunda generación", expone Claramunt: "Fue una revolución absoluta". Se añadió el renovado soberanismo de MÉS, quien obtuvo un máximo histórico de seis diputados. El PSIB volvió a gobernar en coalición y con soportes parlamentarios externos. "En los dos mandatos de Armengol las coaliciones de izquierdas tuvieron un talante fiel y unitario, una anomalía en comparación con otros gobiernos", expone el experto: "Con todo, se generaron unas expectativas de transformación a las que no se llegó". El bajón de la izquierda en las elecciones del 2023 responde a estas "grandes promesas incumplidas", cuenta.

Bezzina destaca la pandemia del cóvid-19, que marcó la segunda legislatura de Armengol. "Supone el hundimiento de la economía balear, en verano de 2020 no llegaron turistas a las Islas", expone. "Después del verano 2020 hay un repensamiento de la economía mallorquina, se toma mucha conciencia de que dependemos del turismo", dice el politólogo. Empieza a tomar fuerza en la ciudadanía el discurso a cambiar el modelo de monocultivo turístico.

La relación con Madrid

Las Islas han tenido poca influencia en Madrid. Destacan dos excepciones: la primera, cuando Jaume Matas fue nombrado en el 2000 ministro de Medio Ambiente por José María Aznar, que había situado a las Islas como plaza a recuperar. A través del Ministerio, Matas hizo oposición a Antich, y las tensiones entre administraciones fueron constantes. Matas recupera al Govern balear en el 2003, y poco después José Luis Rodríguez Zapatero ocupa la Moncloa. Las tiranteces entre instituciones continuaron. En el 2023, el PSOE dio un movimiento similar y, tras perder la mayoría en el Parlament, Armengol dio el salto a Madrid para ser presidenta del Congreso de los Diputados. "Ni la influencia de Matas ni la de Armengol ha sido demasiado decisiva", considera Bezzina.

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La extrema derecha en el Parlament

La entrada de Vox en el Parlament en el 2019, cuando obtuvo tres diputados, también supuso algo inédito: la extrema derecha obtuvo representación institucional por primera vez en la historia. Su entonces líder, Jorge Campos, tuvo un papel destacado en ese desembarco. "La llegada de la extrema derecha responde a un desapego social con el sistema institucional", considera Claramunt. "También existe una corriente social españolista que en la etapa de Bauzá quedaba integrada en el PP, pero ahora pasa a asimilarse con Vox, en la figura de Campos y los postulados que defienden el gonellismo", añade.

Cuatro años después, Vox pasó de tres a ocho diputados y se convirtió en el aliado imprescindible de Prohens. Desde la presidencia del Parlament, Gabriel Le Senne ha elevado la conflictividad en los plenos: está pendiente de juicio por desgajar una fotografía de Aurora Picornell en pleno debate de derogación de la Ley de memoria. Vox también ha ido imponiendo su lingüística y la antiinmigración en las negociaciones con el Ejecutivo, aunque el PP ha puesto límites. De cara a los comicios del 2027, el partido sigue disparado en las encuestas.

Grandes movilizaciones

"Las Islas son un territorio que no se mueve por grandes golpes de efecto, donde las cosas ocurren más paulatinamente", apunta Fornés. Por eso, destaca que estos 25 años se han diferenciado de épocas anteriores porque se han producido grandes movilizaciones sociales: la Marea Verda, el 15-M, las manifestaciones feministas y en los últimos años las movilizaciones contra la saturación turística y la crisis de la vivienda: "Esto ha sido un gran cambio de paradigma que ha trastocado".