A través de algunos de sus testimonios, el ARA Baleares reconstruye la intrahistoria de una postal turística hecha en 1987 en Vilafranca de Bonany, convertida hoy en el gran símbolo de una isla desaparecida
La postal ilustrada con una imagen en la esquina de la carretera que antiguamente atravesaba Vilafranca de Bonany.Foto cedida per l’Editorial Fisa Escudo de Oro, S.A
PalmaHay imágenes que se convierten en icónicas con el paso del tiempo. Hoy Mallorca poco se asemeja a la que inmortalizó en 1987, hace 38 años, una postal turística de la editorial Fisa Escudo de Oro, con sede en Barcelona. Fue en una esquina de la carretera que antiguamente atravesaba Vilafranca de Bonany. Aparecen cinco personas mayores sentadas, un hombre y cuatro mujeres. Una de ellas no mira a cámara porque está concentrada bordando. En la parte superior de la pared trasera cuelgan dos carteles que anuncian un mitin del PSM, 'Esquerra nacionalista', el 29 de mayo. Es con motivo de las elecciones europeas. En la parte inferior hay cuatro más del disco Tome de Tomeu Penya, oriundo del pueblo. A la derecha sobresalen restos de una antigua publicidad de El Fary en el Auditorium de Palma el 8 de mayo. de algunos testigos, directos o indirectos. Uno de ellos es Catalina Mestre Jaume, de 76 años. Es la hija del matrimonio de la izquierda formado por Sebastià Mestre Bauçà y Aina Maria Jaume Jaume. porque, al terminar los trabajos en fuera, se solía detener un rato. Un día un hombre que pasaba por allí les pidió para hacerles una foto.
La sorpresa llegó al cabo de un tiempo. "Una hermana mía vio esa instantánea convertida en postal turística en una tienda de souvenirs del Islote, donde veraneábamos. Mis padres estuvieron muy alabados. Después la vimos en un catálogo de fotos promocionales de Mallorca. Ahora ya no queda ninguno de sus protagonistas. Mi madre murió a los dos años, en 1989, y mi padre, en el 2003". Maestro siente mucha de nostalgia por aquella Mallorca de veranos de conversaciones en la calle. "Era otra vida, con un ritmo más lento. Ahora ya casi nadie sale a tomar el fresco. Todo el mundo está en su casa pegado al móvil, el televisor y el aire acondicionado".
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Quien también se llevó una buena sorpresa al descubrir aquella foto es Tomeu Penya, de 76 años. "Es maravillosa. Me hace gracia que salga el cartel del disco Tome, el séptimo de mi carrera, y, además, está en mi pueblo. Tengo la postal bien guardada en casa. Representa a una Mallorca que ya no existe. Yo recuerdo que los vecinos de mi calle cada día salían a tomar el fresco. Siempre me detenía para contarles cuatro gorriones y hacíamos unas buenas risas. Era un entretenimiento cojonudo. La gente aprovechaba ese momento del día para hablar mientras hacían encaje o una sarta de tomates". Peña sigue viviendo en Vilafranca. Siempre le invade la misma sensación cuando regresa a Mallorca después de una gira de conciertos fuera. "Antes sentía una gran alegría. Ahora ya no. No me gusta nada ver la isla tan masificada. Hace tiempo que deberíamos haberlo detenido. Y, mientras, unos y otros se van echando la culpa del desastre".
Elecciones europeas
Otro protagonista de la famosa instantánea es el antiguo dirigente del PSM Sebastià Serra, de 75 años. Su nombre aparece en el listado de participantes en el mitin de la formación nacionalista, presentada como 'la fuerza necesaria', de cara a las elecciones europeas de 1987 –la legislatura se había iniciado en 1984. Eran las primeras para una España que, tras la muerte de Franco en 1975, tan sólo llevaba un año en la Unión Europea. "Nosotros –asegura Serra– nos presentamos dentro de una coalición integrada por diferentes partidos nacionalistas bajo la denominación de Esquerra dels Pobles. Vi la famosa postal pasadas las elecciones en un quiosco de Palma. Me hizo mucha gracia que estuviera presidida por nuestras siglas. La compré para llevarla al partido." Todo el mundo rió.
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Tome Penya mostrando la icónica postal.Isaac Buj
En 1976 Serra fue uno de los fundadores del PSM (Partido Socialista de Mallorca), que inicialmente se llamó PSI (Partido Socialista de las Islas). En 1983 fue uno de los dos diputados de la formación elegidos en las primeras elecciones autonómicas que llevó al popular Gabriel Cañellas al Consolat de Mar. En las primeras municipales de 1979 el montuirero Francesc Trobat se había convertido en el primer alcalde de la formación de toda Mallorca gracias a un pacto con el PSOE. Aquellos comicios europeos tuvieron lugar el 10 de junio coincidiendo con los autonómicos y municipales. En los autonómicos, el PSM revalidó de nuevo los resultados de cuatro años atrás. Sin embargo, en el parlamento de Bruselas Esquerra dels Pobles no consiguió ningún eurodiputado. En las Islas Baleares, sin embargo, fue donde obtuvo sus mejores resultados (cerca de 9.900 votos, el 2,9%). La coalición tuvo que esperar a las elecciones de 1989 para tener un eurodiputado. Fue el vasco Juan María Bandrés, el representante de Euskadiko Ezkerra.
Contraste de mundos
Quien vivió con mucha ilusión todo ese calor nacionalista es el investigador villafranquero Jaume Sansó, de 61 años. "En 1987 tenía 23 años y entré como concejal del PSM en el pueblo. Sería alcalde de 1999 a 2010. Me alegré mucho cuando por primera vez vi la postal en la sede del partido en Palma. Después, cuando se publicó la revista del pueblo, se difundió más". El antiguo político hace la siguiente valoración de la imagen: “Sal representada la generación que vivió una guerra civil, los famosos años del hambre y la transformación de la Mallorca rural a la turística. autocares cargados de turistas que hacían la ruta de la fábrica de vidrio soplado Gordiola (Algaida) y las cuevas del Drac (Manacor) Aquello era como el contraste de dos mundos”.
El boom turístico hizo que aquella carretera se convirtiera en un eje comercial importante. "Estaba llena de bares y de comercios del todo pintorescos que vendían melones, tomates de ramellet y todo tipo de productos del campo que también fueron objeto de otras postales turísticas. Con tanto almazara, constantemente había muchos accidentes de coche y atropellos, a menudo con muertos. turistas en los hoteles del Levante. En 1994 el pueblo respiró más tranquilo con la primera variante del pueblo".
Otro de los atractivos de Vilafranca de Bonany era el restaurante Es Cruce, situado en una rotonda de la actual autovía Palma-Manacor que se inauguró en el 2006. Ocupa un antiguo huerto donde en 1969, aprovechando la coyuntura turística, la familia Garí se puso a servir arroz. Hoy es el gran templo de la gastronomía isleña. Haciéndole sombra, no muy lejos, en la misma autovía, está Los Melones, que a principios de los setenta dejó su antigua ubicación en el interior del pueblo. "Los autocares se detenían en estos dos establecimientos para que los turistas pudieran comer. Hacía buen aparcar".
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Reserva indígena
La construcción de la autovía Palma-Manacor sirvió para descongestionar el tránsito del interior de Vilafranca de Bonany. Sin embargo, fue el inicio de un nuevo cambio en toda Mallorca. “Nos convertimos en un pueblo dormitorio. pandemia esta tendencia se aceleró". En la actualidad, en plena globalización, Mallorca roza el millón de habitantes (casi la mitad ha nacido fuera de la isla). Hace 38 años había cerca de 700.000. Sansó lamenta los nuevos signos de los tiempos. "Vilafranca ha perdido mucho la postal que ha perdido mucho la vida turística. Ya casi nadie saluda por la calle".
En 2013 el actor manacorense Toni Gomila reflexionó sobre la identidad perdida de los mallorquines en el monólogo Acorar. En un momento dado habla de la posible creación de una reserva indígena: "Exacto, pues nosotros venga todos hacia Escorca con pantalones con soplos a bailar el parado, y autocares de turistas que nos tiren cacahuetes por la ventana [...]". Visto con perspectiva, esta idea ya se intuye en la fotografía con la que en 1987 Joan Linares intentó capturar el alma de una Mallorca en extinción. Antoni Marimon, profesor de Historia Contemporánea de la UIB, no es muy optimista: "Pronto se hará realidad la profecía deAcorar. En medio de la actual turistificación y castellanización de la isla sólo nos queda resistir como los irreductibles galos de la aldea de Astérix”.
Mallorca conservadora
La postal turística de los vecinos de Vilafranca de Bonany presidida por el cartel del mitin del PSM ofrece una visión errónea de la realidad sociológica de la Mallorca de hace casi cuatro décadas. Así lo asegura el historiador Antoni Marimon, autor del libro Entre la realidad y la utopía: Historia del PSM (Documenta Balear, 1998): "Es una imagen entrañable, pero la Part Forana de aquellos años no votaba demasiado a la izquierda nacionalista. Era más de Gabriel Cañellas".
En 1983 Cañellas, de 42 años, se convirtió en el primer presidente autonómico desde la restauración de la democracia. Lo hizo bajo las siglas de Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga, que en 1989 pasó a llamarse Partido Popular (PP). Cuatro años atrás ya se había presentado como candidato a la alcaldía de Palma al frente de Coalició Democràtica. "Cañellas –apunta Marimon– era un señor de Ciudad, formado en Monti-sion y en Deusto, que supo conectar con el campesinado. Su defensa de nuestro representaba una mallorquinidad tradicional muy conservadora que ya existía en el siglo XIX, en tiempos de Antoni Maura. En la misma línea se encontraba Unió Mallorquina".
Las elecciones europeas de 1987 anunciadas en la icónica imagen coincidieron con las segundas autonómicas. "El PSM –afirma el historiador– estaba muy tocado porque su secretario general, Damià Ferrà-Ponç, se acababa de pasar a las filas del PSOE. Sin embargo, consiguió resistir el golpe. En aquellos comicios mantuvo a los dos diputados de la primera legislatura. Y en los de 1991 obtuvo tres. importantes".
El PSM de aquellos años hizo bandera del ecologismo –la lucha se había iniciado en 1977 con la ocupación de la Dragonera por parte de un grupo de anarcosindicalistas– y de la integración de los inmigrantes llegados de la Península desde el boom turístico. "A finales de los años noventa muchos ayuntamientos empezaron a hacer obras gracias al Plan espejo. Aquel plan de embellecimiento urbanístico hizo que se produjera una segunda ola migratoria, sobre todo de África. La tercera ola llegó a partir de 2003 con las obras viarias faraónicas del presidente Jaume Matas, del PP".
Marimon recuerda una anécdota muy ilustrativa de las dificultades que históricamente ha tenido el PSM para ensanchar su base de votantes. "Siempre la contaba el vicepresidente del Primer Pacto de Progreso, Pere Sampol, recientemente traspasado. Él también era consejero de Economía, Comercio e Industria. Los comerciantes no se cansaban de darle la enhorabuena por haber impulsado medidas que ayudaran a sus negocios. Pero le decían que nunca le votarían".