El inicio de curso de una escuela a estrenar: "Después de años de calor, tenemos aire acondicionado"
El CEIP Tramuntana abre sus puertas con el 64% de las plazas ocupadas y con la idea de mantener la esencia del antiguo Felip Bauçà
PalmaA las ocho de la mañana de este miércoles, las primeras familias empezaban a llegar al nuevo CEIP Tramuntana, el primer centro educativo inaugurado en Palma desde el año 2005. "¿Por dónde debemos entrar?", se pedían muchas. La pregunta tiene sentido. El centro tiene diferentes accesos, a diferencia del antiguo CEIP Felip Bauçà –de lo que provienen la mayoría de los niños–, que sólo tenía uno. Como quien espera un regalo, cuando a las 8.30h se han abierto las puertas todo el mundo ha entrado en el recinto con energía, pero caminando y con orden. El patio del Tramuntana es grande, abierto, con árboles (algunos ya están muertos), y las familias pueden acompañar a los alumnos –en Felip Bauçà no era posible porque el patio era el interior de manzana del centro. La escuela está por estrenar, climatizada, tiene tres líneas y es eficiente energéticamente –hay algunos problemas de humedades. Felip Bauçà era un centro con solera y personalidad, que sacó adelante decenas de generaciones. Pero tenía 50 años.
"El cambio es genial, porque aquí tienen buenos baños y las aulas están comunicadas entre sí para pasear", dice Alberto, que tiene una muñeca que este año comienza primero de Primaria. "Tenía ganas de empezar por ver la escuela y los amigos", resume ella. Al lado, un niño con una mesita en la mano preguntaba a mamá si en la escuela podría emplearla. Al decirle que no, a raíz de la limitación que ha impulsado la Conselleria, lo ha lamentado. "Ohhh", ha exclamado. "Él tiene ganas de volver a la escuela, pero también tengo ganas de que vuelva", respondió la madre entre risas.
Una vez en el patín, los alumnos se han organizado por niveles, porque a partir de ahora cada ciclo entrará por una puerta distinta. A través de megafonía se informaba de esa novedad, que permitirá un acceso más ordenado. "No hay color, ya desde el momento en que entras se respira una atmósfera diferente que mejor hace trabajar", ha explicado la directora, Laura Hernández, que antes fue la jefa de estudios del CEIP Felip Bauçà. "Después de años de pasar calor, ahora ya tenemos aire acondicionado", remarcó.
Más líneas y más docentes
El Tramuntana es un centro de tres líneas y con 675 plazas, pero comienza a medio gas. Tiene 435 alumnos (64%), frente a los 330 que había en Felip Bauçà. La directora explica que, al ser un centro de atención preferente, tiene los ratios encontronazos. "Tenemos 20 alumnos por aula en Infantil y 22 en Primaria". A diferencia de otros centros de Baleares, que han notado una bajada de las matriculaciones en 4º de Infantil (3 años), tiene los grupos "al máximo", una situación que se repite en quinto y sexto de Primaria. "Nos ha sorprendido. La idea de que todos los grupos se vayan llenando hasta alcanzar la capacidad máxima", explica Hernández.
Más niños implican a más docentes. El claustro del Felip Bauçà se ha trasladado mayoritariamente al Tramuntana, pero se necesitan más efectivos. Se ha pasado de 34 a 53, pero la cifra crecerá aún más. "Se han quitado la mitad de las plazas que necesitábamos en los trámites de interinos y el próximo año se quitarán el resto", ha comentado Hernández. Con el traslado de centro, el claustro del Tramuntana aspira a conseguir la estabilidad en la plantilla, porque en tres años se renovó la mitad del antiguo centro por jubilaciones. "La estabilidad es clave para aplicar un proyecto educativo que, en nuestro caso, es continuista con lo que teníamos en Felipe", ha expuesto.
Como Felip Bauça, el Tramuntana es un centro vulnerable y con una gran diversidad de nacionalidades, pero también ha habido un efecto llamada. "Nos han llegado más familias autóctonas y catalanohablantes", apuntó la directora, que aspira a tener una Asociación de Familias (AFA) implicada. "En Felipe eran tres madres las que estiraban el carruaje, pero en las reuniones de inicio de curso de este año ha habido muchas familias interesadas en formar parte, y eso nos ayudará a montar más actividades", expone Hernández.
Las familias, a favor de limitar las pantallas
Una de las novedades de este curso es la prohibición de las pantallas digitales hasta tercero de Primaria y la introducción paulatina a partir de cuarto. "Me parece bien que limiten las pantallas, porque mi sobrina tiene cinco años, comienza primero, y está demasiado conectada", explica Mònica. "Hay que acostumbrarse a tener un libro en las manos, a realizar actividades más creativas y manipulativas", añade. Los padres consultados comparten esa visión. Denís acompaña a su hija, que comienza segundo de Primaria. Acaban de llegar de Argentina. Para ellos es nueva escuela, nueva isla, nuevo país y, en definitiva, nueva vida. Él era profesor de instituto en Argentina y considera esencial limitar las pantallas y prohibir los móviles. "En mi país están permitidos y los alumnos pasan de ti", dice.
Que en cuarto de Primaria sólo se puedan utilizar las pantallas una hora semanal abre la puerta a situaciones curiosas y divertidas. Cualquier profesor puede necesitar proyectar algo en la pantalla. Por eso la hora disponible se divide entre los docentes que la necesiten. "Por ejemplo, diez minutos por Inglés, cinco por Matemáticas...", dice la directora, quien considera que en la educación se había llegado a hacer un abusivo de los dispositivos. En el Tramuntana las tablas están orientadas hacia pizarras de yeso, mientras que las digitales están detrás de los alumnos. No es casualidad. El centro ha creado una comisión de Estética, que velará por el respeto, el orden y la distribución de los espacios. "Nadie podrá colgar ni cambiar nada de sitio sin pedir permiso".
El 10 de septiembre de 2025 quedará en la memoria de los alumnos y docentes que han inaugurado la nueva escuela. Cada paso que han dado por los pasillos y por el patio ha sido territorio conquistado por primera vez. Después de 20 años, Palma estrena un nuevo CEIP en una de las barriadas más densas y con mayores perspectivas de crecimiento de la ciudad. Justo al otro lado del Tramuntana, nueve y sin los grupos llenos, se encuentra el IES Joan Maria Thomàs, un centro viejo y masificado con barracones, que muestra un reflejo más fiel de lo que son la mayoría de los centros de Baleares.