"¿De qué viviríamos en las Islas si no fuera del turismo?"

El GOB ha presentado un informe que señala el sector primario, los trabajos del hogar y la reducción de horas laborales como vías para cambiar el modelo actual

PalmaLas personas que se han manifestado este año en contra de la masificación turística reclamaban un "cambio de rumbo" hacia un nuevo modelo económico y social en las Islas. De hecho, 'Cambiamos el rumbo' era el lema de la movilización que convocó la plataforma Menos Turismo Más Vida en julio de 2024 y que congregó a cerca de 50.000 personas en Palma. La oposición también utiliza las mismas palabras para discutir y rechazar las políticas que el Gobierno aplica. Sin embargo, ante las críticas sociales y políticas, los equipos de gobierno de las instituciones piden dónde están las soluciones que plantean todos los que a menudo se quejan.

Por eso, el GOB presentó recientemente en el Parlament el informe Impactos sobre el trabajo de la transformación ecosocial en las Islas Baleares. Una propuesta decrecentista, elaborado por la cooperativa Garúa. Este proyecto se plantea una pregunta: ¿de qué viviríamos si no fuera del turismo? A través de esta iniciativa, que la portavoz del GOB, Margalida Ramis, califica de "provocativa" y de "radical", la entidad ecologista pretende poner sobre la mesa una cuestión "incómoda, que genere debates políticos que actualmente no se tienen". Ramis también expone que el informe es un "plan b" que propone la entidad "porque si no, sólo sostenemos impactos, pero nunca tenemos una alternativa", considera. Sin embargo, reconoce que la presentación de este informe no implica que "ésta sea la solución que se siga en un futuro", pero celebra que "es una posibilidad a jugar".

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El mismo informe responde a la pregunta que se plantea con una estrategia de transformación para el período 2025-2035 basada en cuatro grandes líneas: reducir el consumo material y energético hasta niveles ecológicamente viables; impulsar la producción local para cubrir las necesidades de proximidad; adaptar el funcionamiento económico a los ciclos de la vida y apostar por una economía circular sustentada en el sector primario y las energías renovables; y, finalmente, promover una redistribución de la riqueza que refuerce la autonomía económica y la cohesión social. Así, el proyecto dibuja un horizonte para encaminar a los sectores económico, social y cultural de las Islas hacia un nuevo modelo que no sea el turístico. Pero, ¿cuáles son exactamente las soluciones que ofrece?

Recortar en turismo

El turismo es un "monocultivo" en las Islas, según el autor del informe y miembro de la cooperativa Garúa, Luis González. Sin embargo, advierte que la actividad turística "no se podrá mantener como porqué depende de mucha gente y de combustibles lejanos con unos impactos y unos niveles de consumo muy altos". Por eso, una de las primeras conclusiones que se extraen del informe es que "la economía balear, que requiere la entrada de muchos materiales de fuera no se sostendrá en un plazo, a lo sumo, medio", dice.

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Puestos a implantar soluciones, el proyecto plantea la reducción de la mitad de las horas trabajadas en el sector del turismo, que en 2022, según datos del estudio, fueron 202.145.346 en las Islas. Este descenso arrastraría a otros sectores como la construcción y la minería (que también se reducirían el 50%), el comercio (con una disminución menos acusada por la revitalización de la economía local) y el transporte. El único sector de este grupo ligado al turismo que se incrementaría es el del ocio, por una transformación cultural de las formas de ocio de la sociedad de las Islas desde los modelos digitales e individualizados, hacia otros más colectivos y ligados a la presencialidad como espectáculos, deportes y bibliotecas.

Los sectores donde, según el GOB, debería reducirse tiempo de trabajo son los que acumulan más horas remuneradas –20% el turismo, 14% la construcción y 13% el comercio. Sin embargo, la reducción en estos sectores económicos potenciaría el crecimiento de otros.

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Recolocar trabajadores

Recortar horas de trabajo del sector turístico implica también recolocar a muchos trabajadores que actualmente se dedican a ellos y trasladarlos a otros sectores como la agricultura y la silvicultura, ambas vinculadas a la producción local y la economía circular basada en el sector primario. El informe muestra que la alimentación supone sólo un 2% de las horas remuneradas y la selvicultura es residual.

González admite que, por ahora, el crecimiento de los otros sectores "no es suficientemente rápido debido al monocultivo turístico que hay en Baleares". Por eso, apunta que "la clave" es la redistribución y cómo se plantea: "¿Quién tenga un negocio en la hostelería lo cierra? ¿O tenemos una capacidad de reconversión basada en parámetros de justicia que no sean sálvese quien pueda?". Pero, para que se aplique esta medida, considera que "debemos ser capaces de forzar a los gobiernos para que se organicen". Sin embargo, ejemplifica que esta alternativa ya se ha aplicado al sector de la minería con los cierres de minas –que reciben subvenciones públicas para que los proyectos puedan ejecutarse– que han provocado el tráfico de mineros a otros oficios como la construcción, por ejemplo. "Hay sectores que tienen capacidad de articulación social y luchan por sus derechos y por una vida digna", insiste.

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El sector de la industria también desempeña un papel secundario, en consonancia con la alta importación de bienes de Baleares. En este sentido, Ramis recuerda que la industria manufacturera vinculada a la gestión de los recursos naturales del territorio "ya ha sido una realidad en las Islas", por lo que considera que "deberíamos aprender y recuperarla a toda costa" con el objetivo de producir "lo esencial". Así, Ramis abre las puertas de otro sector que podría formar parte de la redistribución de trabajadores que actualmente se dedican al turismo.

"Pese a esta importante reconversión, en el 2035 la economía balear seguiría siendo insostenible. Todavía se basaría en el turismo, con una actividad de los sectores de alimentación y silvicultura y energía y materiales demasiado pequeña", según determina el informe. Por ello, considera "necesario" plantear soluciones e incidir en este tipo de transformación "durante las siguientes décadas", con el objetivo de llegar a cambiar el modelo.

Reducción de la jornada laboral

Entre estas medidas, es importante el reparto de los puestos de trabajo mediante una reducción de la jornada laboral sin rebaja salarial, un debate que recientemente se ha puesto sobre la mesa en el Congreso. Esto debería hacerse preferentemente con un cómputo semanal y no anual, según detalla el proyecto. Los cálculos del informe determinan que una transición ecosocial "bien planificada" podría crear hasta 14.000 empleos netos con jornadas de 35 horas semanales, y hasta 108.000 si la jornada se redujera a 30 horas. Se trataría, dice González, de empleos "en sectores sostenibles, estables y con mejores condiciones laborales". En el primer caso, el estudio asegura que la pérdida de puestos de trabajo neto desaparecería y en el segundo, produciría pérdidas de puestos de trabajo en cuatro sectores (turismo, construcción, transporte y minería).

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Trabajos a realizar

Con la reducción de la jornada laboral, el informe también valora los cuidados no remunerados (cuidar a un bebé y limpiar la casa, entre otros), que en el 2022 acumularon 1.823.025.894 horas en Baleares. A estos trabajos "la gente las llama cargas, pero son parte del desarrollo vital", critica Ramis. Por eso, en el nuevo modelo que propone el GOB sube el tiempo de dedicación al sector y aborda la crisis social de los cuidados, con más tiempo para dedicarse a ello. Ahora bien, esto se une a un reparto equitativo de estos trabajos entre géneros.