El teatro perturbador de Víctor Català en el festival La Luna en Verso
'Verbagàlia' pone en diálogo dos piezas de la escritora catalana, que podrán verse el sábado, día 23 de agosto, en Binissalem
Palma"Lo primero que debería saberse es que Víctor Català –seudónimo de Caterina Albert– quería ser dramaturga". Lo dice Albert Arribas, el director de la obra de teatro Verbagalia, una pieza que pone en diálogo dos de los monólogos más representativos del teatro de Català: La tía y Verbagalia. El montaje podrá verse este sábado, 23 de agosto, en el patio de la casa Llorenç Villalonga en Binissalem en el marco del festival La Luna en Verso de la Fundación Mallorca Literaria. Una oportunidad para descubrir el teatro que escribió Català antes de hacerse narradora, cuentista y novelista, conocida popularmente por títulos como Soledad y Dramas rurales. De hecho, el teatro de Caterina Albert, explica el director de la pieza, "nunca se representó", pese a ser "de altísima calidad". ¿El motivo? "No le entendían", apunta Arribas.
De hecho, el director cuenta que el teatro de Víctor Català sorprende por su modernidad: "No es raro que en su momento no las entendieran. Su modelo actoral y de teatro está mucho más cerca de Samuel Beckett y Thomas Bernhard, y de autores de la segunda mitad del siglo XX, que otros del suyo". De hecho, hubo un escándalo con la pieza La infanticida, monólogo con el que Caterina Albert ganó los Juegos Florales de Olot en 1898. "Cuando el jurado vio que detrás de aquella obra perturbadora había una mujer, se escandalizaron. Éste fue el detonante que hizo que Caterina Albert escribiera detrás del seudónimo de Víctor Català", relata.
'Perturbadores' es el adjetivo con el que el director de Verbagalia habla de las obras de Català. Según explica, "abren un abismo sobre la decisión de qué hacer con la propia vida cuando se constata que no se está viviendo bien, que se está fracasando éticamente". Es una dramaturga que formula "preguntas muy existenciales", con personajes "al límite de sus circunstancias".
El gran reto de dirigir e interpretar el teatro de Víctor Català es, comenta Arribas, encontrar la dimensión de espacio de conciencia que requiere el trabajo actoral: "No es un teatro naturalista ni situacional, es un teatro de conciencia, más cerca de Lluïsa Cunillé que uno trabajan en Rusiñol y Guimerà. y, al mismo tiempo, hablan con sus fantasmas".
Paula Blanco y Oriol Genís son los intérpretes encargados de dar vida a los personajes de Caterina Albert, una dramaturga de primer orden con piezas magnéticas, desgarrantes e inquietantes. Un teatro que disfrutará todo el mundo "que disfrute de un buen dominio lingüístico", del teatro popular que dialoga con el sainete. Es muy trágico y muy cómico. Es teatro para el gran público, pero muy pequeño: monólogos, piezas breves, sin grandes aspavientos ni escenografías. Víctor Català hace un elogio de la forma pequeña en el teatro, de estos espacios teatrales que no duran dos horas sino un rato corto y lleno de vida".
Además, Arribas considera que el de Víctor Català es un teatro que desquicia: "Resitua al espectador a cada función. Uno de los principales problemas que tenemos como sociedad, en relación con la realidad inmediata que nos rodea, es que tendemos a desconectarnos, porque nos arrastran prioridades que no son prioritarias. Y reubicar tiene que ver con reconectarnos". Verbagalia será una buena oportunidad para ello.