El legado de Richard Nightingale, de archivo personal a patrimonio colectivo de Porreres
Nightingale deja una impronta de un valor patrimonial, documental y cultural incalculable
 
    PorreresLa casa de la calle del Rector Llompart número 16 de Porreres es de fachada estrecha y discreta. Allí se estableció en 2003 Richard Nightingale Goss y allí murió a principios de 2023. Dejó una inmensa biblioteca, un sinfín de fotografías en una colección de CD grabables, los cuales también contienen grabaciones de vídeos o música de grupos musicales de toda la isla. También un piano, un órgano, cámaras de fotografiar, muebles… y su inconfundible bicicleta.
Del paso de Richard por Porreres, de su huella por casi toda la isla y de su incansable actividad dejó constancia Tot Pla en un obituario de Joan Ferrà, vecino de la misma calle, publicado en agosto de 2023.
Dos años después de su muerte, su hermana, Elisabeth Goss Kelley, pasa unas semanas en Porreres para hacerse cargo del legado de Richard. Sus pertenencias, sus colecciones y todo lo que acumuló entre las paredes de una casa que está llena de siluetas de una ausencia muy presente, son el fruto, el legado de un hombre que siempre estaba en todas partes y que deja una huella de un valor patrimonial, documental y cultural incalculable.
"De pequeño ya tenía esa manía de ordenarlo todo. En nuestra casa las estanterías organizadas ocupaban todas las paredes y aquí también organizó su biblioteca", explica Elisabeth, siete años menor que Richard.
Porque lo que nadie se explica es cómo pudo ser tan esmerado y organizado un hombre que nunca paraba en su casa.
En su casa de Porreres catalogó también todos los libros y CD grabables con la clasificación decimal de Dewey. Cuenta la hermana que a Richard "le gustaba la historia, la música, el arte y la cultura eran sus grandes pasiones. También le fascinaba el sistema de clasificación Dewey Decimal. De hecho, había catalogado todos los libros de su casa según este código internacional. Tenía más de ocho mil volúmenes, cada uno numerado según este sistema, al igual que los discos, cintas y grabación.
A pesar de conocer el talante de Richard la hermana se muestra sorprendida de todo lo que llegó a grabar: "Los CD contienen cosas muy interesantes: algunos tienen música, otros, vídeos o fotografías. Algunos contienen grabaciones de los grupos locales, otras fotos o vídeos antiguos. Es impresionante todo lo que llegó a grabar. Tiene archivada la música de todos los grupos. increíble".
"Cuando un tema le interesaba, se obsesionaba y hablaba sin cesar. Era como una enciclopedia viviente", explica Elisabeth. De hecho, en Mallorca, las personas que le trataron, pueden dar fe de esta obsesión. Richard no miraba y contemplaba, se implicaba en todo lo que ponía el ojo: los Castellers de Mallorca y los Gigantes o la Batukada de Porreres son sólo algunos ejemplos.
Cedidos en el Ayuntamiento de Porreres
Todos estos discos compactos y todas las fotografías pasarán a formar parte del archivo municipal del Ayuntamiento de Porreres tras el acuerdo de donación que incluye también la inconfundible bicicleta de Richard, la segunda en 20 años, con la que se desplazaba por todo el pueblo. Será empleada por la Policía Local para hacer educación vial.
En el archivo hay imágenes de Porreres y de toda Mallorca que son únicas, exclusivas, porque fueron hechas cuando los teléfonos no llevaban cámaras y tampoco había redes sociales.
El órgano, antiguo, artesanal y conservado en excelentes condiciones, pasará a ser de la iglesia de Porreres, un lugar que Richard conocía bien y donde un tiempo hizo visitas guiadas.
El resto de objetos han sido retirados por parte de particulares a los que Elisabeth ha abierto sus puertas y regalado todo lo que han querido. El grueso de la inmensa biblioteca de libros de toda casta en inglés será echada a excepción de algún ejemplar puntual.
¿Por qué Porreres?
Nacido en Escocia, su familia se trasladó a Estados Unidos. En 1980 Richard regresó a Escocia, donde realizó dos doctorados. Uno fue en la Universidad de St. Andrews, donde se doctoró en Historia Británica y otro en la Universidad de Edimburgo, en Etnomusicología.
"Estudió música, danza, arte y todas las formas de expresión cultural. También hacía de coreógrafo de danzas tradicionales", explica su hermana.
La pregunta es obligada: ¿por qué cree que escogió Porreres para establecerse cuando se jubiló? La respuesta de Elisabeth: "Me lo he pedido muchas veces. Vivimos en Los Ángeles y allí hay mucha gente de origen hispano, así que ya estábamos familiarizados con la cultura y la lengua españolas. Creo que esto hizo que él se sintiera más cercano a este sitio. También sufría un asma, y vino por motivos de salud. comunidad muy unida, muy acogedora. Conoce a otras partes de Mallorca, pero ninguna como ésta".
Y añade: "Aquí encontró un sentimiento de comunidad que en Estados Unidos no existía: la vida compartida, las danzas tradicionales, la cultura vivida. Le gustaba no sólo estudiar la cultura, sino formar parte de ella. Cuando un tema le despertaba interés, buscaba a la gente que estaba implicada y se añadía con el entusiasmo." Por eso era conocido por todos.
La casa de Richard se vende. Elisabeth vuelve mañana –sábado, primero de noviembre– hacia Los Ángeles. Cerrará un ciclo donde habrá repartido por todo Porreres el valioso legado de un hombre activo y sobre todo respetuoso y amante de la cultura propia de este pequeño país llamado Mallorca. Ojalá muchos como Richard.
