Literatura

Juliana Canet y Marina Porras, el milagro de hacer sexy las lecturas del instituto

Las presentadoras del 'Club Tàndem' de 3Cat cierran la primera temporada en Mallorca y hacen balance: “No nos atrevemos a decir que ha sido un éxito, pero sí por ser un programa cultural ha tenido un impacto muy positivo”

PalmaEste jueves, 10 de julio, un buen puñado de chicos jóvenes hacían cola a las seis de la tarde en la librería Drac Màgic de Palma. No era para comprar la última novedad editorial ni para conocer a ningún autor o autora de moda. Era para escuchar una conversación sobre un clásico de la literatura mallorquina en catalán, Bearn o la sala de las muñecas, de Lorenzo Villalonga. Muchos, seguramente, no lo habrían creído si en el instituto les hubieran dicho que serían allí, y no en la playa, un día de verano. Pero ese es el efecto Club Tándem. Juliana Canet (Cardedeu, 1999) y Marina Porras (Rubí, 1991) son las conductoras de este programa multiformato de 3Cat sobre literatura que ha querido romper la barrera de la televisión y del podcast para hacer, además, un club de lectura desde diferentes librerías de toda Cataluña. Después de emitir el octavo y último episodio, centrado en la figura de Villalonga, Canet y Porras han cerrado esta primera temporada en Palma, donde han avanzado que volverán a hablar sobre Blai Bonet en la segunda temporada del programa, que ya preparan.

Con este último evento, las presentadoras terminan su particular relectura de ocho de los autores más representativos de la literatura catalana: Mercè Rodoreda, Víctor Catalán, Gabriel Ferrater, Montserrat Roig, Josep Maria de Sagarra, Joaquim Ruyra y Llorenç Villalonga. Con ellas, lo han hecho también tanto las decenas de personas que las han acompañado a cada club de lectura como las que lo han hecho a través de las redes, donde las publicaciones reúnen a cientos de interacciones. "No nos atrevemos a decir que ha sido un éxito, pero sí por ser un programa cultural ha tenido un impacto muy positivo", reconoce Canet en declaraciones al diario ARA, preguntada sobre este fenómeno. En cuanto a las claves para conseguir hacer atractivas estas lecturas –conocidas sobre todo por ser las obligatorias de la asignatura de catalán–, tanto la colaboradora de Que no salga de aquí como Porras reconocen que "el secreto es hacer algo auténtico: son conversaciones entre dos amigas que ya existían en la realidad y que, simplemente, han tenido que trasladarse a la pantalla". Y verlas en acción lo confirma: botan de una reflexión a otra con esa ligereza de las charlas entre iguales, donde las referencias van desde Charles Baudelaire hasta la serie White Lotus, sin perder de vista el hilo conductor del episodio, que en el caso de este último fue Paraísos perdidos.

Cargando
No hay anuncios

Sin embargo, es innegable que el peso que ambas tienen en las redes sociales también ha sido crucial. "Si te estás dedicando a comunicar, las redes sociales son un filtro que difícilmente te puedes saltar. Y que te apetece compartir lo que has hecho: a mí me pasa con Club Tándem porque es mi programa y me ilusiona", subraya Canet, que reúne a más de 132.000 seguidores en Instagram. Ambas reconocen el reto que suponen los antiguos formatos, pero tienen clara una diferencia: "El modelo de la televisión está envejecido, mucho más que la literatura, que nunca se caduca". X y, sobre todo, la Z, que ha hecho crecer la figura de los booktokers, una especie deinfluencer de libros.

Cargando
No hay anuncios

Sin embargo, ellas prefieren no posicionarse en el debate sobre si los jóvenes de ahora leen más o menos y apuestan por "relativizarlo" y rebajar ese "alarmismo". "Si la gente lee, fantástico. Si no, estará dedicando el tiempo a otra cosa que considere más importante. Leer para leer es absurdo", comenta Canet, mientras que Porras insiste en que lo importante es que "te lo pases bien y que te guste". Lo que sí reconocen es que en la literatura, al igual que ocurre con la ropa, "internet ha ayudado mucho a generar fenómenos y modas", como ha ocurrido con Sally Rooney. "Nos interesan estas comunidades que se crean. Queremos saber qué está pasando para que todo el mundo esté consumiendo una misma cosa", reconocen.

Cargando
No hay anuncios

Repensar a los clásicos en clave 'queer', por ejemplo

El elegir clásicos de la literatura es otro de los pilares del formato. "Algo que está claro, con todo el que hablamos en los clubs de lectura, es que las lecturas obligatorias en la escuela sirven para que la gente tenga unos referentes comunes que son necesarios", señalan. "Nuestra visión no es que deberíamos haber leído estos libros en otro momento y que ahora los disfrutamos porque tenemos la edad que tenemos. Puede que en el instituto no te gustaran porque no tienes la edad, las experiencias, las circunstancias o el profesor que haga que te quieras. Pero hay que leer, pete quien pete". Y es esto lo que permite disfrutar de la mejor parte de Club Tándem, que es la segunda parte de cada evento.

Cargando
No hay anuncios

Entonces, el público comparte sus experiencias de relectura de estos referentes comunes y, con sus aportaciones, convierte la obra de cada autor en un material orgánico, maleable, capaz de tomar nuevas formas. Y el caso de Llorenç Villalonga no fue ninguna excepción este jueves en el acto a Drac Màgic. Un asistente, de entre el público, quiso matizar lo que Canet y Porras habían dicho del autor mallorquín y defender que sí, "al igual que Víctor Català, Villalonga se podía releer como un icono queer". "Hay muchos elementos homoeróticos en su obra. De hecho, Bearn es una novela que Juan envía en forma de carta a su amigo Miguel. Hay que querer mucho a una persona para hacer esto…", soltó el joven, haciendo llegar a las dos conductoras a una conclusión final: "Hacer relecturas de los clásicos es tan importante por eso mismo, porque, si no, nos quedamos sólo en la superficie, y nos perdemos partes muy interesantes de cada obra".