"Cantar en catalán se ha normalizado, pero no quiere decir que el problema esté resuelto"
Hacemos balance de los cambios que ha vivido la escena musical con grupos que llevan treinta años como Cap Pela, Al-Mayurqa y Nou Romancer
PalmaHace sólo unas semanas, el grupo Fades se coronó como gran triunfador, junto a la felanitxera Maria Hein, de la octava edición de los premios Enderrock de la Música Balear. La gala se llevó a cabo a principios de noviembre en el teatro Principal de Palma y el director de Enderrock, Lluís Gendrau, celebró el buen momento que vive la música en catalán en el Archipiélago, con un récord histórico de publicaciones: 125 discos y 250 referencias entre septiembre del 2024 y el mismo mes del 20. miembros de Fades al recoger los tres galardones que recibieron –entre ellos el de mejor canción por 'Mon cheri, go home', tema firmado conjuntamente con Maria Jaume– añadían otra lectura a los datos. "Estamos aquí para celebrar la música en catalán", dijeron en un momento dado, "pero la realidad es otra. Se vuelve a hablar en castellano en el Parlament, se elimina la exclusividad del catalán en Ciutat de Palma y se pone en duda su uso como lengua vehicular en las escuelas", sentenciaban Vicenç Calafell, Ferran Pi y Àngel Exojo.
Ninguno de ellos había nacido –son los tres del año 2001– cuando algunas de las bandas más veteranas de la escena actual, que se han mantenido con pocas o ninguna interrupción, comenzaban su trayectoria, muchas de ellas con la reivindicación de la lengua como uno de sus objetivos principales. Es el caso de Al Mayurqa, formación que este año celebra los 30 años de existencia, que han sido, también, 30 años de reivindicación. “Que cantar en catalán ya no sea un acto de rebeldía, como lo era cuando nosotros empezamos, que incluso se haya normalizado, no quiere decir que el problema esté resuelto, ni mucho menos. Siempre será necesario reivindicar ciertas cosas, mucho más en un mundo tan globalizado, totalmente capitalista. todo, han consentido que se puedan realizar entrevistas en castellano", dice Miquel Carbonell, uno de los fundadores de Al Mayurqa.
Canciones vetadas
El músico, guitarrón del grupo, recuerda muy bien los inicios de la banda, que debutó en 1995 con el álbum Proyecto Rojo, y cómo la lengua fue un elemento fundamental que condicionó tanto a sus seguidores como a sus detractores. De hecho, según Carbonell, la letra del tema 'Concierto para cuatro guitarrones', incluido en su disco de debut, hizo que fueran vetados a diferentes emisoras -la canción comienza diciendo que "el sen Tófol y se mi cuento / nunca hablan castellano / porque es lengua forastera:/ no se quieren contaminar". "Era un pecado mortal, decir esto, a principios de los noventa", rememora Carbonell, "y hacía que ya no interesara nada más de la música que hacías. Si decías esto, molestabas, y algunos no te querían dar espacio. Ahora parece decir cosas así está asumido, incluso integrado, pero entonces era impensable".
Eso sí, Carbonell reconoce que, por suerte, no estaban solos, y pone en valor todo el trabajo que habían realizado durante décadas otros músicos desde distintas disciplinas. "Por ejemplo, nuestros cantautores siempre han sido muy reivindicativos, y cuando nosotros empezábamos hubo toda esa explosión de rock en catalán que también fue reivindicativa por motivos muy diversos. En este caso, sin embargo, se apostó incluso desde las instituciones porque interesaba que saliera adelante".
Quien también recuerda que los inicios fueron "un poco complicados" es Pere Víctor Rado, miembro de los mallorquines Nou Romancer, banda que en 2024 celebró los treinta años sobre los escenarios con un nuevo trabajo, De cangrejos y gatos. "Al principio nos sentíamos un poco extraños, aunque no sé si ésta es la palabra idónea, porque lo que hacíamos nos servía tanto para hacer cultura como para reivindicar ciertas cosas que iban asociadas. Ahora todo se ha normalizado, pero no podemos decir que vivamos un buen momento en según qué cuestiones que ya nos preocupaban entonces", comparte. "Antes el simple hecho de utilizar el catalán en un escenario ya se consideraba una reivindicación", continúa, "y ahora el mensaje debe ser más claro, no sólo debe ser la lengua que utilizas. El mundo es cada vez más complejo, y la lengua puede haber ganado terreno en el escenario, pero lo ha perdido en la calle. En un contexto tan globalizado, el análisis es muy complicado".
Compromiso con la lengua
Nuevo Romancer, que empezó su trayectoria en marzo de 1994 y se ha convertido, desde entonces, en todo un referente de la actualización de la música tradicional de Baleares, ha continuado celebrando su trigésimo aniversario a lo largo del 2025. Entre otros, han dado forma a un concierto especial, que se estrena el domingo, 23 protagonismo con otra de las formaciones veteranas de la escena musical isleña, nacida el mismo año que Nou Romancer: nos referimos a Cap Pela. Desde esta ya histórica formación vocal, de hecho, hablan también del actual "momento de debilidad" en relación con la lengua, lo que les ha llevado a dar "un paso más" que se manifestará en su próximo disco, todavía en proceso de preproducción.
"Detectamos una debilidad de contexto: crece la ultraderecha en parte de la juventud y aparecen medidas que dificultan el uso y la enseñanza del catalán en los centros", asegura Begoña de la Iglesia, miembro de Cap Pela, "así que respondamos con más cultura, más escuela y más diálogo: cantar, formar y compartir". La cantante afirma que, en su caso, escoger el catalán no fue "un acto de rebeldía, sino un rasgo de identidad" que venía dado por "la estima a la lengua y al patrimonio" de los integrantes del grupo. "A pesar de hacer muchas versiones en lengua original, también hemos traducido al catalán y hemos cantado 'El sonido de Pastera' ante el baile de Antonio Canales en el Teatro de la Maestranza, en Sevilla; hemos participado en una clase de catalán y hemos cantado 'La Dama de Mallorca' en la Universidad de Leipzig y en 'La Sibila de París' en la Sibila'. claras de nuestro compromiso y aprecio por la lengua y el patrimonio".
Cambios en la escena
En todo caso, tanto Al Mayurqa como Cap Pela y Nou Romancer forman parte de un no tan extenso grupo de veteranos de la escena musical, que han sido capaces de mantener su trayectoria a lo largo de varias décadas sin demasiadas interrupciones. Uno de los secretos que así lo cuentan, coinciden todos, es haber encontrado siempre la forma de pasar gusto con lo que hacían. "Algunos hacen música por cuestiones económicas, o por hincharse el ego cuando la gente los reconoce por la calle. Y todo esto puede pasar o no, y también puede cambiar en función del momento. Sea como fuere, a la larga puede hacer que la banda deje de tener sentido. En cambio, si tienes una voluntad de hacer política desde la música, y digo política como una manera de confrontar y de yo creo que nunca pierde el sentido. Te sientes comprometido de por vida", afirma Miquel Carbonell. La continuidad de Al Mayurqa, además, tiene un valor añadido tras la repentina muerte, en el 2007, de quien fue su principal impulsor, Toni Roig. "Si estuviera vivo, seguro que continuaría con Al Mayurqa", comparte Carbonell, "y lo que hemos intentado siempre ha sido mantener su espíritu con todas las incorporaciones que hemos hecho, que han entendido cuál era el proyecto y se han querido añadir".
En cuanto a Nou Romancer, Pere Víctor Rado asegura que "somos una mezcla entre un grupo de música y un grupo de amigos, así que la estimación personal que nos tenemos también nos ha ayudado a superar tensiones y almazaras". "Como no somos un grupo comercial", continúa, "y no aspiramos a llenar campos de fútbol, hemos podido pasar mucho gusto y ser muy libres. Cuando no dependes económicamente, te puedes permitir respetar los ritmos de cada uno de los integrantes. No nos importa hacer sólo cuatro conciertos en un año: si son buenos, ya estamos satisfechos".
Lo mismo asegura Begoña de la Iglesia, para quien "mantener otros trabajos nos ha dado libertad para elegir los proyectos por convicción". Sobre los principales cambios que ha vivido la escena en estos treinta años, de la Iglesia habla principalmente de cambios "en la transferencia". "Pantallas, redes, inmediatez y prisa", resume, "lo que ha derivado en llegar a más gente pero menos tiempo para digerir lo que escuchas". Lo mismo asegura Joan Barbé, otro de los veteranos de la escena musical actual, como demuestran proyectos como Resonadors y Projecte Mut, además de otros actuales como Joven Dolores y Joan Barbé Group. "Internet ha sido el detonante tanto del cambio que ha sufrido la industria como de la forma en que escuchamos música, tanto el público como los propios artistas. En la industria, antes la venta de discos era el punto fuerte y ahora mismo la economía está basada en los derechos de autor y, sobre todo, en las actuaciones en directo". En este sentido, el cantante Pere Víctor Rado apunta que hoy en día "la parte visual tiene mucha, quizás en algunos casos demasiado, importancia". "Es cierto que los canales de difusión te obligan a dar importancia a la imagen, y en muchos casos esto no quita peso ni mérito a la calidad musical, pero a veces tienes que recordarte a ti mismo a qué te dedicas. Si lo piensas, parece mentira que para hacer música sea necesario que cada semana cuelguemos una foto".
En el balance de los cambios que ha vivido la escena musical en estas décadas, Barbé asegura que en Baleares "no tenemos suficientes locales acondicionados profesionalmente para la música en directo", y Miquel Carbonell, de Al-Mayurqa, reconoce que echa de menos eventos como 'Cançons de la Medi' y que, en cambio, le sobran otras propuestas como el concierto de la Patrona, impulsado por el Ajuntament de Palma. "Un supuesto gran concierto de música electrónica que culturalmente aporta cero: es un espectáculo capitalista donde unos quieren hincharse a beber y otros quieren sacar rendimiento a la venta de bebidas. Para mí esto nada tiene que ver con la cultura", sentencia.