Prosocial reclama una acogida "digna y comunitaria" para los menores migrantes en las Islas Baleares

Exigen que dejen de ser utilizados como un arma en una disputa partidista

ARA Balears

PalmaLa entidad Prosocial ha expresado su preocupación por la polémica surgida este verano por la llegada de menores migrantes procedentes de Canarias a las Islas Baleares, después de que el Gobierno y los consejos insulares rechazaran acogerlos. Según la organización, el debate se ha convertido en una confrontación política centrada en el número de niños y jóvenes en atender, sin tener en cuenta su situación de "extrema vulnerabilidad".

Prosocial recuerda que los menores migrantes son el colectivo "más frágil" dentro del fenómeno migratorio actual, tanto en lo que se refiere a la estabilidad emocional como a la seguridad personal y la garantía de sus derechos. "Muchos de estos niños huyen de guerras, persecuciones y situaciones de hambruna, y han tenido que afrontar largas travesías expuestos a peligros y abusos", remarcan. Por este motivo, la entidad insiste en que debe ofrecer a estos jóvenes la máxima protección, tal y como establecen las convenciones internacionales y la legislación española.

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En este sentido, lamentan que esta realidad se haya convertido en una "guerra de reproches y acusaciones", en la que los menores han dejado de ser considerados personas para ser tratados como "el problema". Prosocial denuncia también la criminalización del colectivo por parte de algunos partidos políticos y medios de comunicación, que contribuye a aumentar la estigmatización y dificulta su integración social.

Ante esta situación, la entidad reclama que no se utilicen a los menores como una disputa partidista y se ponga fin a la publicidad institucional o política que contribuye a criminalizarlos. También piden una atención educativa de calidad con programas que faciliten la inserción social y laboral, así como la inspección de los centros de acogida de urgencia para garantizar su buen funcionamiento.

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Con todo, Prosocial considera fundamental agilizar la documentación de los menores extranjeros e incrementar las plazas para los jóvenes que deben salir del sistema de tutela, asegurando un circuito de acompañamiento hacia la vida adulta. La entidad reclama que las plazas de primera acogida estén "bien dotadas económicamente" y que se amplíen los recursos residenciales para garantizar una atención coherente y estable.

Además, proponen evitar la ubicación de centros en zonas periféricas para prevenir el aislamiento de los jóvenes y reforzar su vinculación con la comunidad. En este sentido, insisten en que la integración debe construirse desde la convivencia y la participación social, y proponen la creación de programas de padrinazgo o mentoría para que ciudadanos voluntarios puedan acompañar a los menores migrados.

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La entidad también insta a ofrecer formación a los profesionales que trabajan con estos jóvenes en ámbitos socioeducativos, jurídicos y laborales, ya impulsar medidas de sensibilización social para fomentar un clima de aceptación. Reclaman, además, la implicación de los ayuntamientos en proyectos de inserción comunitaria y la máxima transparencia de las administraciones en cuanto a la gestión de los centros y plazas de acogida, sin exponer su ubicación para proteger a los niños.

Por último, Prosocial pide una mejor coordinación entre los consejos insulares para que todas las islas puedan participar en la atención de los menores de acuerdo con sus recursos. La entidad defiende que la acogida de los menores migrantes debe entenderse como una oportunidad para repensar el sistema de protección a la infancia y reforzar las políticas públicas que garantizan los derechos de los niños y adolescentes en las Islas Baleares.