La migración que (supuestamente) no cabe: el 50% son europeos

Los residentes procedentes del norte superan con mucho a los que vienen de África y de América. Los inmigrantes irregulares son un porcentaje ínfimo del global de recién llegados. Los expertos piden rigor a Prohens tras el endurecimiento de su discurso en el debate de política general

PalmaBaleares no puede seguir asumiendo el incremento poblacional que han experimentado en los últimos años. Así lo considera la presidenta del Gobierno, Marga Prohens, quien, durante el debate de política general, quiso poner en el centro un hecho que ningún isleño ignora: el alud de nueva población que ha llegado a las Islas en las últimas décadas. Si lo que plantea el Govern es reducir la llegada de migrantes, lo primero que hay que hacer es analizar de dónde proviene este fenómeno. Según los datos del padrón de población de 2022, la mitad de los residentes extranjeros de Baleares (108.585) eran europeos.

"Si el argumento de que no podemos asumir tanta población nueva como hasta ahora va dirigido a los extranjeros, entiendo que la presidenta no quiere diferenciar entre los que vienen del norte y los que han venido del sur", apunta el historiador de la UIB Pere Salas. Si lo que se pretende en el debate político es achacar el problema de la saturación a la llegada de migrantes irregulares, hay que acudir otra vez a las cifras: unas 6.000 personas han llegado ilegalmente a las Islas en el 2025, un récord, si bien "buena parte de los irregulares no quedan en las Islas". "Se trata, en definitiva, de un porcentaje insignificante respecto a los flujos extranjeros y peninsulares que tienen Baleares", concluye el historiador.

Según el padrón, los extranjeros de origen africano que viven en las Islas son menos de la mitad de los europeos, 40.365, mientras que los nacidos en América son 57.259. Las cifras son contundentes: la mitad del incremento poblacional experimentado en las últimas décadas, con los problemas que ha generado, corresponde a los ciudadanos europeos. "Aquí hay que hacer una pequeña matización, porque algunos argentinos pueden figurar como europeos, ya que llegan con pasaporte italiano –los descendientes de italianos hasta la tercera generación pueden gozar de su nacionalidad–, pero eso no altera demasiado los números", señala Salas, y añade que "el peso de los europeos en la configuración del No. hecho", concluye.

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Si se sigue el hilo del argumentario de la presidenta del Gobierno en referencia a los inmigrantes, podría parecer que el foco sólo está puesto en quienes llegan con una clara necesidad laboral, y no quienes compran pisos y casas, y se establecen con una vocación mucho más residencial. "Hay que hablar claro y no podemos caer en discursos xenófobos: todos somos personas y debe ser igual de donde venga un nuevo residente. Es cierto que debe preocuparnos preservar la cultura y el territorio, pero eso es un reto como comunidad y no podemos hacer diferencias en función del origen de las personas", afirma Jesús González, catedrático de Geografía.

Retórica antimigración

Según el historiador Pere Salas, lo que ha sugerido Prohens en cuanto a la presión sobre el territorio del exceso de población "es defendible". "Debemos ser capaces de encontrar un equilibrio. Ahora bien, lo que no podemos hacer es caer en el discurso que se está esparciendo en Europa, que es una retórica antimigración, que en realidad no tiene nada que ver con la realidad. Europa necesita a los inmigrantes del sur para trabajar, para que funcione la economía. Pero esto no se reconoce abiertamente, y lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, y lo que se hace es, es lo que se hace es, es lo que se hace es, y lo que se hace es, es lo que se está esparciendo en Europa, que es una retórica antimigración. que la sociedad debe evitar completamente", remarca Salas.

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Residentes extranjeros en las Islas Baleares
  • 108.585 europeos <p>La principal población extranjera residente en las Islas Baleares son los ciudadanos de origen europeo. Los alemanes y los británicos son las dos nacionalidades con mayor presencia, junto con los italianos.</p>
  • 40.365 Africanos<p>Los marroquíes, con cerca de 30.000 residentes, están con mucha diferencia la nacionalidad africana más presente en las Islas. Sin embargo, sólo hay 1.300 argelinos.</p>
  • 57.259 americanos<p>Los colombianos, con 13.900 residentes oficiales, son la nacionalidad americana más numerosa del padrón. Los argentinos son poco más de 8.000, aunque algunos figuran inscritos como italianos.</p>

Los expertos en migraciones consideran que el caso balear es el más significativo del estado español, con un 47% de la población actual no nacida en las Islas. De esa cifra, entre un 25% y un 27% corresponde a ciudadanos nacidos en el extranjero, siendo el resto de comunidades autónomas españolas. Así, existe cierto consenso entre los especialistas sobre el "reto que supone esta realidad". Pero en ningún caso consideran que se puedan atribuir los problemas a los llegados en patera, que son una minoría y, por eso, reclaman "rigor". "Hemos vivido la migración peninsular de los 60, después la que llegó con los primeros residentes extranjeros, la burbuja inmobiliaria y ahora otra hornada importante, porque vuelve a haber demanda de mano de obra. La inmigración está vinculada a un modelo económico que necesita personas, vengan de donde vengan, sin que se pueda discriminar la conveniencia.

Uso de recursos públicos

Otro tema recurrente en la confrontación política y en la calle es la atribución a los migrantes de un consumo de recursos públicos muy por encima de lo lógico. "Es otra falacia. Para empezar, buena parte de los inmigrantes del sur llegan en edad de trabajar, cotizan y, en muchos casos, ya no deben ser escolarizados. Su contribución es muy positiva y, en todo caso, es lo que les propone la sociedad local", subraya Pere Salas. En su opinión, "todos los segmentos de la población sacamos algo". "Los empresarios los contratan en condiciones a menudo muy justitas y contribuyen a su enriquecimiento. Buena parte de los residentes les pedimos que asuman aquellas tareas que no podemos o no queremos hacer, como cuidar a las personas mayores. Insistir en que les damos algo que supuestamente no les corresponde es sencillamente no querer ver la realidad", asegura.

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En cuanto a los recursos naturales, el ecologista y especialista en territorio Neus Prats, portavoz del GEN-GOB, insiste en que "no podemos hacer ninguna discriminación por razones de origen en materia ambiental". "En cualquier caso, si queremos pedirnos quién consume más agua, podemos mirar las viviendas que ocupan los extranjeros que viven en las Islas y podemos llegar rápidamente a conclusiones", ironiza. “El problema de sobrepoblación que tenemos, que lo tenemos, puedo asegurar que no viene en patera. Por favor, hay que ser más serios. Lo que tenemos que hacer es cambiar el modelo de crecimiento basado únicamente en consumir territorio. hablar de migrantes", espeta.

Prats sí considera que las Islas tienen un "grave problema de saturación", y en este sentido ve acertado que Prohens plantee este tema en el debate político más importante del año. "Dónde pienso que se equivoca completamente es al intentar vincular este problema a la llegada de migrantes. Y mucho menos los irregulares, que son muy pocos y huyen de situaciones de gran sufrimiento. Lo que debe hacer Prohens, si de verdad le preocupa la saturación, es reducir la capacidad turística y residencial. Puede estar seguro de que entonces se le va a reducir la presión sobre el territorio" ecologista.

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Aporofobia

También la Red para la Inclusión Social-EAPN Illes Balears ha criticado en distintas ocasiones que la migración irregular se ponga como causa de los problemas en el debate político. El director de la entidad, Andreu Grimalt, defiende que "nadie es ilegal en ninguna parte" y critica que se diferencie entre personas refugiadas según su origen. "Cuando llegan refugiados ucranianos, las instituciones actúan con una lógica humanitaria; pero cuando llegan migrantes de Argelia y África subsahariana, se habla de saturación o de peligro social". Por este motivo, Grimalt considera fundamental que los políticos no incorporen en su discurso "la estigmatización del inmigrante, sea quien sea y venga de donde venga".

La entidad, que agrupa a una veintena de organizaciones del tercer sector, criticó en su momento algunas propuestas institucionales que señalan a los migrantes irregulares como si fueran un grave problema. La Red considera estas actitudes "xenófobas, aporofóbicas y excluyentes", y alerta de que se está consolidando un relato institucional que estigmatiza a determinados colectivos, especialmente a los migrantes en situación vulnerable.