Lucas Aparicio (según su madre, Maria Pau Gil): “No era lo más gracioso, pero tenía alguna salida buena”
María Pau Gil, madre del creador de contenido, nos cuenta los mejores secras guardados de su infancia y su adolescencia
PalmaConocido por muchos, desconocido por tantísimos más. Éste es el resultado de que tantas generaciones convivan a la vez. Sin embargo, el hecho es que el protagonista de hoy tiene casi cincuenta mil seguidores en las redes sociales y es propietario de una empresa textil. Seguro que ha visto algunas de sus camisetas y sudaderas con frases como Dont look slim (No mires delgado) o Gas peso nariz. Si no es el caso, tal vez haya visto algunos de sus doblajes cómicos en Instagram, vídeos de Uep, ¿dónde almorzamos?, comiendo en Es Cruce o en Hortella d'en Cotanet. Siempre viste una carcajada y hace del humor una filosofía de vida, pero su madre, Maria Pau Gil, deja claro al principio que de pequeño, "tampoco es que fuera tan gracioso". Hablamos de Lucas Aparicio (Sineu, 1992).
Es el pequeño de cinco hermanos por parte de padre. Empezó a andar muy pronto, a diez meses y medio; pero para hablar, quien lo diría, tardó un poco más: "Su padre le hablaba en castellano, y yo, en mallorquín, y creo que le costó algo asimilarlo", resuelve Maria Pau. Aun así, la imagen que puede sugerir Lluc a través de las redes sociales (activo, disfrutador, jocoso) está lejos del niño que describe a su madre: "Era muy tranquilo, iba a su bola y fue muy independiente en breve, tenía tendencia a hacer las cosas a su manera. Jugaba mucho en la calle –en Sineu, donde nació y creció".
Hizo judo muchos años, pero el pequeño Lucas disfrutaba de ir en bicicleta o patinete por el pueblo: "Solía ir con un grupo de amigos muy divertido, y creo que este humor también se le encomendó. Cuando tenían siete, ocho, nueve o diez años iban en grupo y se deslomaba. buena", cuenta la madre. Debía de entrenarse por ser el Lucas que conocen a sus seguidores.
Una película que vio mil veces fue El mágico de Oz, con Judy Garland, y cuando fue adolescente comenzó a interesarse por el rap. Maria Pau no sabe decir qué artista marcó a su hijo porque, ella, con lo del rap no estaba muy puesta: "Recuerdo, eso sí, que incluso cantaba y escribía sus propias letras. Yo no entendía mucho, pero él sí lo vivía", hace memoria.
Lluc es graduado en Historia del Arte por la Universidad de las Islas Baleares, aunque antes empezó Filosofía. De niño, sin embargo, no dijo que quisiera estudiar una cosa u otra: "No tenía ni filia ni fobia alguna por ninguna asignatura". Ahora bien, de adolescente le empezó a crecer en el pecho una pasión que hoy en día puede vivir con plenitud: la de las motos. "A disgusto mío, le gustan mucho las motos. Estaría todo el día, sobre la moto. No tuvo joven porque mi hombre y yo no hemos querido comprar ninguna nunca y no vamos de motos. Como todos los adolescentes, siempre la pidió. Pero hasta que no se la pudo comprar él, no la tuvo". Y añade, medio riendo: "¡Sin mi permiso!".
Esta independencia ha caracterizado a Lluc toda la vida, así como una cierta discreción: "Nunca ha sido de contar demasiadas cosas. Desde pequeño lo ha querido hacer solo, sin pedir opinión", cuenta. La madre todavía ve a Lucas el niño que fue: "Es una persona que valora mucho la libertad. A veces puede ser algo desorganizado, pero diría que es algo que se percibe desde el exterior, él lo tiene todo arreglado dentro de la cabeza". Cuando hace algo que le gusta, se involucra mucho y se lo trabaja. Y, sobre todo, Maria Pau destaca: "Es una buena persona. De joven ya se veía, y creo que con los años ha acabado viéndose. Estoy orgullosa de él porque de un hijo, lo que esperas, es que sea buena persona".