2000-2025: Cómo éramos, cómo somos

Más espacios protegidos, pero más presión y menos recursos

Desde 2000 hasta Baleares han adoptado más medidas de conservación de áreas naturales y de especies, pero el impacto de la acción humana crece y también debe hacerse frente al cambio climático

PalmaA principios del siglo XXI, Baleares entraba en una nueva etapa de crecimiento económico con un territorio ya fuertemente tensado. 25 años después, el paisaje de las Islas cuenta una historia de contrastes: más espacios protegidos y más conciencia ambiental, pero también más presión humana, menos recursos naturales y los efectos cada vez más visibles del cambio climático

Meteorología adversa

Los fenómenos meteorológicos adversos son cada vez más frecuentes en Baleares. 'La llena de la Albufera' de 1990, cuando llovió en Alcúdia 134 litros por metro cuadrado era solo un anuncio de lo que sucedería años después, en el 2018, en Sant Llorenç. Un torrente que mató a 13 personas. Las lluvias irregulares, cortas e intensas, han proliferado en los primeros 25 años de siglo en las Islas. En contraste, otra consecuencia del sistema de lluvias es la sequía que prolifera en las Islas. Actualmente Menorca, Manacor-Felanitx, Palma-Alcúdia, Tramuntana e Ibiza están en prealerta hídrica, mientras que el Pla de Mallorca y Artà continúan en alerta.

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Las temperaturas no han parado de aumentar desde principios del siglo XXI. En 2024, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registró en enero más cálido de las Islas. Las temperaturas medias de la superficie del mar también lograron anomalías nunca vistas este 2025, pero, además, los investigadores del Sistema de Predicción y Observación Costero de Baleares (SOCIB) detectaron un récord de "contenido de calor" en capas más profundas y que la tendencia de calentamiento es aún mayor a 500 metros. La temperatura superficial del mar Balear ha aumentado en 0,4 grados por década desde 1982.

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El calor extremo hace que en los bosques de las Islas, debido al abandono de las tierras agrícolas, se acumule mucha biomasa. Este hecho ha provocado que, en caso de incendio, las zonas forestales de Baleares sean polvorines. El número de incendios se ha reducido en los últimos años, pero no la intensidad ni la dificultad para detenerlos. En este sentido, se recuerda el incendio de Estellencs, Calvià y Andratx del 2013 y también el de la Albufera del 2024. Sin embargo, se han incrementado los efectivos y se hace "buen trabajo de primer ataque", según considera el presidente del GEN-GOB, Joan Carles Palerm. Además, añade que "actualmente se dispone de medios de detección y extinción que hace 25 años no estaban".

Residuos

Año tras año Baleares aumenta el número de personas que reciben durante la temporada turística. En Mallorca si los residuos de envases fueron de 1.884,48 toneladas en enero de 2024, en agosto del mismo año pasaron a 3.247,98 toneladas. Menorca, por ejemplo, incrementó el cristal de 162,86 toneladas a 632,24.

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Si bien es cierto que, en cuanto a residuos, la aplicación de medidas como la recogida puerta a puerta y la instalación de contenedores de reciclaje específicos ha facilitado la tarea, "no es suficiente", considera Palermo. En la misma línea, dice que las instituciones "trabajan bien a corto y, con suerte, a medio plazo pero no a largo". Pone el ejemplo del vertedero de Ca na Putxa, al que le quedan pocos años de vida útil, por lo que se trasladarán el estiércol de Ibiza a Mallorca, para tratarlos en Son Reus. "Creo que esto tendrá más huella de dióxido de carbono que la construcción de una incineradora, pero llegamos tarde para no planificar las cosas bien", apunta.

Conservar especies y territorio

En los primeros 25 años de siglo se han realizado "avances indiscutibles para proteger a las especies y las zonas naturales", considera el coordinador de Política Territorial del GOB Menorca, Miquel Camps. La Red Natura 2000 en Baleares se desarrolla a partir de la creación de la red europea de 1992, cuando la Unión Europea estableció el marco legal para proteger hábitats y especies de interés comunitario. Con esta directriz en Baleares se configuraron las Zonas Especiales de Protección para las Aves (ZEPA), entre otras. La gestión de estos espacios se ha consolidado con los años con decretos autonómicos de planes de gestión específicos. Pese a la instauración de estas figuras de protección, Camps advierte que carecen de "planes de gestión" para aplicarlas.

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En el mar también se han aplicado normativas proteccionistas como el Decreto posidonia y también ha crecido el número de reservas marinas delimitadas y ha mermado la flota de barcas de pesca de arrastre. Este arte de pesca pasó de 44 embarcaciones en 2014 a 31 en 2023, según datos del Informe del Mar Balear. "Los pescadores de cada vez están más concienciados en hacer las cosas bien", aseguran fuentes de la Fundació Marilles.

En cuanto a la conservación de especies de animales de las Islas, Palermo apunta que ha aumentado la introducción de especies invasoras, como es el caso de las serpientes en Ibiza que han atacado directamente a especies autóctonas. En la misma línea, lamenta que en ese aspecto, durante los años, "no ha mejorado nada".