¿Qué te juegas?
Este julio hemos vivido una considerable ofensiva mediática por parte de la patronal "turística", que se suponía que, en estos momentos, debía estar "haciendo agosto".
El mensaje es de preocupación o cautela, según los barrios, pero en general se intenta transmitir un relato negativo y pesimista sobre la temporada turística en curso, especialmente desde el sector del comercio y la restauración: tablas vacías, caída de ventas, imposibilidad de cubrir gastos, anuncio de cierres y despidos... estibados y las carreteras, saturadas; y es más imposible que nunca aparcar el coche o poner un pie en la playa. Pero el titular de portada de las principales cabeceras son los malos augurios para la temporada.
Obviamente, este enfoque resulta extremadamente beneficioso para las instituciones responsables de lo turístico, que, pese al evidente agotamiento del sistema y de la manifiesta incomodidad de los residentes –acceso a la vivienda, saturación de las infraestructuras y los servicios, deterioro medioambiental...–, no están avanzando nada.
Resumiendo, que aunque la presidenta Prohens dijo aquello de "Hemos llegado a nuestro límite. No se puede crecer más." (08/05/2024), aquí hay más gente que nunca (hasta abril, un 9,5% más de turistas extranjeros que el pasado año) y no hay ninguna intención de contener nada. En junio el conseller de Turismo en persona declaraba que veía difícil "aprobar más (sic) medidas contra la masificación esta legislatura", y confirmaba la renuncia a actuaciones ya anunciadas como la subida de la ecotasa y el gravamen sobre los vehículos de alquiler, entre otros.
En este contexto de saturación, desesperanza colectiva y pérdida de credibilidad institucional, lo mejor que le puede pasar al Ejecutivo es que los ciudadanos encuentren a diario en portada las tribulaciones empresariales ante una temporada supuestamente magra, y no las insidiosas "percepciones" de "pequeños grupos, sospechosamente manipulados", por decirlo al modo de Ben Jakober (UH, 24/07/25).
La estrategia del miedo no es nueva: "Mallorca vive del turismo", "¿De qué comeríamos sin el turismo?", "Mira que si ya no vienen más turistas", "No muerda la mano que os alimenta..." docilidad en grandes vallas publicitarias: 'Tourist, don't go home, stay longer with us'. El patetismo del lema tiene un punto de irritante, ¿no?
Ya se sabe que, agitando el miedo, es más fácil justificar cualquier cosa, pero a veces se ve demasiado el latón, como el del tendero italiano con siete tiendas de bordados y caramelos en Mallorca (cuatro en la Part Forana) que amenaza con cerrar todos sus negocios por culpa del top manta de la plaza. Es mal creer que una torpeza como ésta acabe en las páginas de un diario, pero así lo tenemos.
Total, que leyendo la prensa diaria parece que la bancarrota es inminente: "Da pena", "No lo había visto nunca así", "Los hoteleros detectan un descenso del turismo alemán", "¿Verano a medio gas en Mallorca?", "Muchas sillas vacías en las terrazas", "Este año cerrarán centenares de locales en Mallorca"...
Y, no me lo digas, a ver si lo adivina: la culpa es de :1. La turismofobia y las campañas contra la masificación (CAEB Restauración), 2. La gestión de los ocho años anteriores (Gobierno), 3. La subida salarial de los trabajadores (comerciantes), 4. El absentismo laboral y la baja productividad (CAEB)...
Descartamos rotundamente que en el debilitamiento del gasto turístico haya podido influir la masificación, el exceso de oferta, los precios abusivos, la banalización y estandarización del producto, la obsesión de mercantilizar cada... aportar unos humildes datos por si pueden iluminar la cuestión: las plazas de bares y restaurantes de Baleares han aumentado un 25% en sólo 10 años (200.000 plazas más); la restauración balear es la más cara del Estado y la que más depende del gasto extranjero... Será vera, como dice poéticamente @en_nom_de_deu, que "Es ley de naturaleza que las burbujas estallen"...
O no, vete a saber, porque después resultará que la temporada no habrá estado tan dulce. La voz de Sóller, se alarmaba por "un mes de mayo muy flojo" y se hacía eco de los titulares del Mirrow a raíz de las protestas "antiturísticas". Al final, según datos del INE, el mes de mayo Sóller fue el punto turístico con mayor ocupación del Estado (85%).
No sé por qué, pero diría que las cosas irán más bien por ahí. ¿Qué nos jugamos?