El restaurante Siroco cierra sus puertas después de más de 60 años de historia en Portocristo
Según han explicado los responsables, "este cierre llega más pronto de lo que habríamos deseado, motivado por circunstancias personales que nos invitan a detenernos, cuidarnos y mirar hacia delante con esperanza"
ManacorEl conocido restaurante Siroco de Portocristo ha anunciado que cerrará sus puertas el próximo 12 de octubre, poniendo fin así a una historia que comenzó a principios de los 60 y que le ha llevado a ser un punto de referencia para varias generaciones. "Hoy compartimos una noticia que nos llena de emoción y tristeza a partes iguales", explican a un comunicado hecho público en sus redes sociales.
Fundado por Marcos Caldentey y durante años gestionado con dedicación y cariño por Joan Bennàssar, el Siroco ha sido mucho más que un simple establecimiento de restauración. "Ha sido un lugar de encuentro, un rincón seguro en el que familiares, amigos y clientes han compartido momentos inolvidables", entre sobremesas, risas y celebraciones, que han quedado grabados en la memoria colectiva.
Según han explicado los responsables, "este cierre llega más pronto de lo que habríamos deseado, motivado por circunstancias personales que nos invitan a detenernos, cuidarnos y mirar hacia adelante con esperanza". Sin embargo, expresaron su profunda gratitud a todas las personas que formaron parte de esta trayectoria, destacando que los lazos y recuerdos creados en este espacio "quedarán para siempre en la memoria y en el corazón de todos".
Los responsables han querido dar también las gracias a "clientes, amigos, trabajadores y familias" que han dado vida al Siroco día a día. Su cocinera, Isabel Caldentey, recuerda que el Siroco "abrió el año 60 por parte de mi madrina y mi padre, Marcos Caldentey Amengual", a quien siguieron su madre y Joan Bennàssar. "Con mucha tristeza por decir adiós a todos los que nos han acompañado a lo largo de estos años, más que clientes, muchos ya son familia, muy agradecida por la gente que me llevo al corazón".
Caldentey también ha querido tener un recuerdo para la familia Rubí, propietaria del inmueble, "que nos ha visto crecer, a mi hermana ya mí, y los quiero". Se cierra un ciclo, pero sé que vendrá algo mejor".